Primer ministro de Líbano acusa al presidente de bloquear formación de nuevo gobierno
El primer ministro designado de Líbano, Saad Hariri, y el presidente Michel Aoun volvieron a fracasar este lunes a la hora de ponerse de acuerdo para la formación de un nuevo gobierno, tras varios meses de un persistente bloqueo que hunde al país en una crisis económica.
Líbano vive una devaluación de la libra libanesa y una explosión de la pobreza y el desempleo, con una erosión del poder adquisitivo y una precarización que alimentan la ira de la población, protagonista de manifestaciones y esporádicos bloqueos de carreteras.
Este lunes, en una discurso televisada, el primer ministro Hariri atacó al presidente Aoun al final de una breve entrevista entre ambos, reprochándole obstaculizar la formación del gobierno al insistir con una minoría de bloqueo en el seno del próximo equipo ministerial y buscar imponer un reparto partidario.
Hariri reiteró su intención de formar un gobierno de tecnócratas "encargado de lanzar reformas y frenar el derrumbe, sin obstáculos ni consideraciones partidarias estrechas".
Para el primer ministro, es la "única y última oportunidad para el país".
Hariri afirmó haber sometido al presidente Aoun un "boceto" del gobierno "desde hace 100 días" y que estaba abierto "a cualquier sugerencia o enmienda".
A Hariri, uno de los pilares de la clase política tradicional y tres veces Primer ministro, se le encargó a fines de octubre -un año después de su caída ante la presión de protestas callejeras- formar un nuevo gobierno del que se esperan reformas de manera urgente.
Pero cinco meses más tarde, los partidos continúan absorbidos por sus habituales regateos, y se disputan el reparto de carteras ministeriales como si no pasase nada, en un país multiconfesional en el que los barones de cada comunidad deciden todo.
El gobierno actual, a cargo de los asuntos corrientes, renunció en agosto tras la devastadora explosión del puerto de Beirut, que dejó más de 200 muertos y miles de heridos).