'La felicidad del sonido': haciendo tangible lo intangible

Una conversación con un amigo afectado por el desamor, quien acababa de adquirir unas bocinas con el fin de reponerse del mal rato, despertó la curiosidad de la realizadora Ana Endara por descubrir la felicidad del sonido.

Esta charla, posteriormente, se convirtió en la inspiración del más reciente documental de la directora panameña, "La felicidad del sonido", presentado este sábado 1 de abril en el Festival Internacional de Cine de Panamá 2017.

Endara, responsable de los éxitos “Reinas” y “Curundú”, plasma cómo los sonidos influyen y unen a las personas, e intenta descubrir esas vibraciones intangibles que no podemos ver pero sentir. Su nuevo proyecto trata de responder qué es la felicidad del sonido y cómo la sentimos.

Desde este punto, el documental se convierte en un viaje sensorial que permite al público descubrir sonidos que, a veces, son difíciles de captar como el andar de una oruga o el aleteo de un colibrí.

Estas sensaciones son resaltadas por el estilo en el que está el filme: blanco y negro, y un formato 4x3 con el que se buscaba no restarle importancia a la información que se encontraba en pantalla.

Además, Endara, por medio de tres personajes, trata de responder la interrogante que intriga al espectador por 60 minutos.

Nos presenta historias distintas, pero que se conectan por la música: una cantante con discapacidad visual que se apoya de los sonidos para moverse, un artista apasionado que busca compartir su amor por la música con otros; y un hombre que trata de impulsar la primera radio comunitaria campesina en la localidad de Tucué, al norte de Penonomé.

“Sabía que debía tener personajes que tuviesen que ver con el sonido y que habían estado en mi vida”, explicó Endara en un conversatorio.

El nuevo proyecto de la directora, producido en el lapso de un año, capta los sonidos que describen diversos puntos y personajes de la ciudad: el conductor de un pickup que pregona a través de un parlante, los productos que tiene disponible a la venta; los pitos que inundan e irritan a quien lo escuche; los vendedores ambulantes con su peculiar tono de voz y frases para enganchar a las personas a comprar un “mafa” o una menta, así como el silencio sepulcral que reina en las noches.

“Esto surgió haciendo. Estábamos muy sintonizados con lo queríamos plasmar. El rodaje se hizo un mes, y creo que tenía que ver que todo el equipo estaba tratando de hacer tangible algo que tan intangible como lo es la felicidad del sonido”, expresó la realizadora panameña.

"La felicidad del sonido" de Ana Endara ganó el premio para producción del programa DocTV Latinoamérica y fue estrenado en el IDFA Competition for Mid-Length Documentary.