Robert De Niro habla por primera vez sobre su hija transgénero
Por primera vez, el legendario actor habló públicamente sobre su hija, quien recientemente compartió con el mundo su identidad como mujer transgénero.
A sus 81 años, Robert De Niro dejó clara su postura: el amor de un padre no cambia con la identidad de sus hijos. “Amé y apoyé a Aaron como mi hijo, y ahora amo y apoyo a Airyn como mi hija. No sé qué problema hay”, declaró con firmeza en una entrevista con People. “Amo a todos mis hijos”.
Las palabras del actor resuenan con fuerza en un momento en que las personas transgénero, especialmente las racializadas, continúan enfrentando altos niveles de discriminación y violencia. La declaración, sencilla pero poderosa, ha sido celebrada por activistas como un gesto de amor incondicional que muchas familias aún no pueden ofrecer.
Airyn De Niro, de 29 años, es hija del actor junto a la modelo y actriz Toukie Smith, con quien Robert también tiene a Julian, hermano gemelo de Airyn. La joven ofreció una emotiva entrevista a la revista Them, donde narró su proceso de transición, sus luchas personales y su deseo de ser vista por quien realmente es. “Hay una diferencia entre ser visible y ser vista”, dijo Airyn. “He sido visible. No creo que haya sido vista todavía”.
Según relató, su salida del clóset fue acelerada por la exposición mediática no consentida. El 19 de marzo fue fotografiada en Nueva York mientras visitaba a su padre. El Daily Mail publicó las imágenes sin su permiso, describiéndola como una “impactante transformación” del “hijo nepo baby” de De Niro. “En realidad no me enteré hasta como una semana después. No solo dijeron cosas incorrectas sobre mí… simplemente me recordaron que la gente realmente no sabe nada sobre mí”, expresó con dolor.
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Airyn inició su tratamiento hormonal en noviembre de 2024, pero explicó que su búsqueda de identidad comenzó en la adolescencia, cuando se identificaba como un hombre gay. “Los hombres gay eran despiadados y crueles”, recordó. “Nunca encajé en ese estándar de belleza, que es delgado, blanco, musculoso o simplemente muy en forma, masculino”.
Con palabras sinceras, compartió las presiones sociales y raciales que marcaron su crecimiento: “Siempre me decían que era demasiado algo o nunca era lo suficiente de algo. Era demasiado grande, no lo suficientemente delgada. No lo suficientemente negra, no lo suficientemente blanca. Demasiado femenina, no lo suficientemente masculina. Nunca me sentí como: ‘Eres perfecta tal como eres’”.
Aunque es hija de dos figuras públicas, Airyn explicó que sus padres la mantuvieron alejada de los reflectores. “Obviamente ningún padre es perfecto, pero agradezco que ambos hayan querido mantenerme fuera de los reflectores. Querían que nuestra vida fuese reservada”, comentó. “Siempre me dijeron que querían que tuviera una infancia lo más normal posible”.
La joven también rechazó el término “nepo baby” que algunos medios le han atribuido. “No crecí con un papel secundario en una película de mi papá, ni yendo a reuniones de negocios o asistiendo a estrenos. Él siempre fue muy insistente en que encontráramos nuestro propio camino”.
Airyn estudia actualmente para ser consejera en salud mental y se dedica a acompañar emocionalmente a personas negras y queer. También ha explorado el modelaje y la actuación de voz, incluso audicionando para el videojuego League of Legends. Aunque no fue seleccionada, compartió que no perder la fe ha sido un aprendizaje constante: “A veces es difícil no internalizar eso”.
Admiradora de figuras como Alex Consani, Hunter Schafer y Laverne Cox, Airyn sueña con inspirar a otras personas trans negras y con cuerpos diversos: “Quiero que las personas queer de color y de cuerpos más grandes tengan una Alex Consani. Quiero que tengan una Hunter Schafer”.
Su mayor sueño personal refleja sus raíces y su amor familiar: “Si pudiera estar en la portada de Vogue con mi madre o recrear una de sus fotos, sería un sueño hecho realidad”.
El testimonio de Airyn De Niro, acompañado por el respaldo sereno pero poderoso de su padre, marca un momento clave no solo en su vida, sino también en el modo en que las figuras públicas pueden ayudar a cambiar narrativas en torno a la identidad de género. Robert De Niro, fiel a sus palabras, ha dejado una lección sencilla pero inolvidable: “Amé a Aaron como hijo, y ahora amo a Airyn como hija. ¿Qué problema hay?”.