Contaminación acústica, amenaza invisible para la salud

La contaminación acústica provocada por las actividades humanas como el tráfico, las industrias, locales de ocio, entre otros, producen efectos negativos sobre la salud auditiva, física y mental de los seres vivos.

“No se puede funcionar adecuadamente si hay un ruido persistente más allá de lo permitido por tiempo prolongado”, explicó la doctora Itza Barahona, directora General de Salud.

“Reconocemos que hay mucho por hacer. Es un tema de cultura. Los panameños tenemos que poner de nuestra parte. Pareciera que en las celebraciones, entre más ruido, más alegría y más celebración”, manifestó el alcalde capitalino, José Blandón.

El ruido excesivo y molesto, además de producir pérdida de la audición, también provoca estrés, perturbación del sueño, alteraciones del ritmo cardíaco, dolores de cabeza, y hasta actitudes agresivas, entre otros efectos negativos.

“No nos damos cuenta cuando vamos perdiendo la audición. Se ha podido comprobar que en el cruce de la iglesia del Carmen es donde más ruido hay”, reveló Gabriela Mejía, de la Fundación Oír es Vivir.

El ruido además perturba al medio ambiente. Las plantas y los animales también se afectan.

“Se alteran patrones de comportamiento. Las especies pueden retirarse de su hábitat natural por el ruido. Se afectan las plantas, porque no puede haber una propagación de semillas y no habría polinización porque se retiran las aves”, advirtió Grecia Medina, de Ancón.

“Un estrés innecesario. Hemos visto en el Cerro Ancón como los animales salían corriendo al oír las explosiones de fuegos artificiales”, afirmó Rita Spadafora, directora de Ancón.

Ruidos por encima de 85 decibeles pueden producir daños irreparables en la audición, la exposición prolongada a más de 90 decibeles causa pérdida gradual de la audición y más de 110 decibeles puede producir pérdida de audición permanente.