Disminuyen las ventas de chichas y empanadas durante la pandemia
Desde hace 3 años la Sra. Deika Kato se dedica a la venta de empanadas, emparedados y refrescos en la ciudad de Panamá. Esta pandemia como a la mayoría de los ciudadanos, le ha tocado duro, sobre todo porque en mayo le diagnosticaron COVID-19.
En agosto decide retomar el negocio junto a su hija, pero los ingresos que percibe son escasos, ya que no hay muchos compradores y los pocos que llegan están escépticos para evitar contagios.
La directora regional de Salud en el distrito de San Miguelito, Yaritzel Ríos, reiteró que los vendedores deben contar con sus carnés de salud verde y blanco, y cumplir con las exigencias de bioseguridad para garantizar la protección de quienes deciden comprar estos productos.
De igual forma resaltó que realizan operativos para verificar el cumplimiento de las medidas, así como a las fábricas, quienes tienen que cumplir con su certificado de operaciones, al igual que con la adecuada manipulación de este tipo de productos.
La economía está difícil, y cada ciudadano busca la forma de ganarse honradamente su dinero; sin embargo, es importante que en este tipo de servicios, quien cobra no debe ser el mismo que despacha y entre sus implementos debe mantener siempre su mascarilla, alcohol para colocarse y ofrecerle a sus compradores.
