Una racha deslumbrante que terminó en un parpadeo

"Nada dura para siempre", dice una frase propular, y eso lo experimentó en carne propia el jardinero de los Tigres de Detroit Robbie Grossman.

Durante poco más de cuatro años, el nombre de Grossman era sinónimo de perfección en el béisbol de las Grandes Ligas ya que estableció un récord de partidos consecutivos sin cometer errores defensivos.

Después del 13 de junio de 2018, el pelotero se constituyó en una muralla defensiva al acumular 440 encuentros sin errar hasta que el 10 de julio de este año no pudo atrapar un elevado, en la parte baja del octavo episodio, durante el partido entre los Tigres y los Medias Blancas de Chicago. La pifia ocurrió cuando el marcador estaba empatado a dos carreras y ayudó a que los "patiblancos" remontaran y se llevaran la victoria por 4 a 2.

"Un globito, como cualquier otro, y lo perdí", manifestó el jugador al sitio web de las Grandes Ligas. "Eso fue todo. Perdí un elevado, una jugada terrible de mi parte".

Los rayos del sol pudieron afectar a Grossman, quien no puso ese factor como excusa. Sobre el récord, indicó que no pensó en él tras haber cometido el error.

"Yo no pienso en eso, en lo mínimo. No voy a poner excusas. Es una jugada que tenía que hacer y la voy a hacer la próxima vez", puntualizó.

Grossman rompió una marca que impuso anteriormente Nick Markakis quien acumuló 398 encuentros sin errores.