Fútbol nacional: una semilla que tomó años en crecer y desarrollar

La creación de un torneo no aficionado, el apoyo económico, las categorías menores y el aporte de los medios fueron factores decisivos para el desarrollo del fútbol nacional. Hasta hace tres décadas, nuestro balompié era considerado como la 'cenicienta' de Centroamérica y de la Concacaf.

Enfrentar al equipo canalero en cualquier competencia internacional era para sus rivales sinónimo de un triunfo seguro.

Sin una tradición futbolística, con pocos recursos económicos y una liga aficionada obsoleta, el sueño de clasificar a un Mundial y estar entre los mejores equipos de la región parecía solo un sueño.

Poco a poco, Panamá fue superando esos obstáculos, hasta lograr lo que hace unos años parecía imposible.

Con un título Centroamericano, dos veces finalista en la Copa Oro de la Concacaf, cuatro veces presente en fase final de eliminatorias mundialistas, una participación en Copa América Centenario, y mundialista por primera vez en Rusia 2018, Panamá es considerado el país con el mejor progreso de la región.

Ese gran salto se logró, gracias a la creación de una liga no aficionada, el trabajo con las categorías menores, la captación de suficientes recursos económicos, y el decidido apoyo de los medios de comunicación, sobre todo la televisión.

En la década de los años 70, 80 y principios del 90, el fútbol panameño era rudimentario y carente de técnica. Eran los años dorados de otros deportes como el boxeo, el béisbol y la hípica.

Aunque hubo algunos resultados alentadores, como dos medallas de bronce en los Juegos Bolivarianos de Maracaibo 1970 y Panamá 1973, la diferencia con respecto a los otros equipos del área era abismal.

Fernando Samaniego, exjugador de la selección nacional en los años 80 y presidente de la Federación Panameña de Fútbol (Fepafut), entre 1984 y 1994, recuerda que el fútbol panameño estaba huérfano de apoyo.

"Fueron tiempos difíciles. No había fútbol profesional, solo existía la Liga Distritorial de Primera División y más nada. De allí se escogía la selección. Recuerdo que concentraban a 35 preseleccionados en la Piscina Patria, en condiciones infrahumanas para un deportista. Competir contra rivales que tenían mejor preparación y más comodidad muy difícil”, asegura Samaniego, conocido en sus tiempos de jugador como 'Birria Birria'.

Con la experiencia que tuvo como jugador, Samaniego estaba convencido de que la clave para que el fútbol progresara, era crear un torneo no aficionado. Tan pronto asumió como máximo dirigente del fútbol nacional comenzó a trabajar en ese proyecto.

"Cuando llegué a la presidencia de Fepafut, mi primera misión fue la de organizar un torneo con más de diez equipos y representantes de todas las provincias con mucho esfuerzo se realizó la copa JVC, el primer paso importante para implementar un torneo no aficionado", relata el 'birria birria' Samaniego.

Ese paso fue importante para que otros dirigentes comenzaran a ver el fútbol con luces largas, y se dieran cuenta que era un deporte que podía crecer, fácil de mercadear y lucrativo.

El salto al fútbol no aficionado

La idea de organizar un torneo no aficionado se convirtió en la hoja de ruta de los siguientes dirigentes, y fue así que surgieron la Anaprof (Asociación Nacional Pro Fútbol), Linfuna (Liga Nacional de Fútbol No Aficionada) y el actual campeonato LPF (Liga Panameña de Fútbol).

La Anaprof nació en enero de 1988, pero años después, y debido al conflicto que dividió a los dirigentes y al fútbol nacional perdió el reconocimiento de FIFA.

En 1993, se crea una liga paralela, Linfuna- que, si contaba con el aval internacional, pero en la que no jugaban los mejores futbolistas del país y que no podía utilizar los estadios estatales.

Los jugadores que agrupaba la Anaprof, fueron inhabilitados por la dirigencia de la Fepafut para integrar cualquier selección nacional.

"Creo que esa división en el fútbol nacional nos atrasó más de lo que ya estábamos, de lo contrario creo que ese boom de Panamá hubiera llegado mucho antes", señala el periodista Campo Elias Estrada, quien vivió en carne propia esa crisis.

Pero, en 1996 se supera la crisis y ambas ligas se unifican. La Anaprof sigue su camino, hasta el año 2009, cuando desaparece y nace el torneo de la LPF.

"A partir de esa fecha comienza en Panamá un proceso importante de selecciones, con buenos jugadores. En Panamá o cualquier lugar del mundo, es muy importante tener buena liga no aficionada", destacó el ingeniero Ramón Cardoze, un dirigente clave en la evolución del fútbol nacional.

Cardoze conoce muy bien las intimidades del fútbol nacional en los últimos 20 años, pues además de ser dirigente de Anaprof, fue vicepresidente de la Fepafut entre los años 2006-2010, y Secretario Ejecutivo, entre el 2010-2014.

Bajo el paraguas de la Fepafut, comenzó a desarrollarse la LPF. Ya son 33 años de fútbol no aficionado y es mucho lo que se ha logrado.

Antes del fútbol no aficionado, Panamá, ya exportaba jugadores de gran nivel al fútbol del primer mundo, como Rommel Fernández, Julio Dely y Armando Dely Valdés, Víctor Mendieta, Roberto Corvin, entre otros.

Pero, con la llegada del fútbol no aficionado, la cantidad de jugadores que viajaron al exterior se triplicó. Hoy en día, hay alrededor de 30 jugadores panameños militando en ligas extranjeras.

(Sábado 1 de enero de 2022 segunda entrega)

Con información de Roberto Quelne