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La muerte del papa Francisco a los 88 años impactó al mundo por la enorme simpatía que generaba el pontífice. El sábado 26 de abril se realizarán las exequias en la basílica de San Pedro. Mientras se siguen generando informaciones en torno a la figura del primer papa latinoamericano, como la religiosa que rompió el protocolo para ver sus restos mortales y el sobrino que viajó al funeral gracias a la bondad de una empresaria argentina.
La imagen de sor Geneviève ha dado la vuelta al mundo cuando el miércoles apareció ante el ataúd del papa Francisco y les robó el protagonismo a los cardenales presentes.
Nacida en Francia en 1943, la monja mantenía una relación de amistad con el papa, que nació de una tragedia, el asesinato de su tía durante la dictadura argentina, según una nota de AFP.
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En un video que compartió en una cuenta que lleva el nombre de la congregación a la que pertenece, sor Geneviève contó que conoció a Jorge Mario Bergoglio cuando era arzobispo de Buenos Aires, tras regresar del entierro de su tía que también era monja en la capital de Argentina y que fue arrojada al mar en un “vuelo de la muerte” el 14 de diciembre de 1977 junto a otra religiosa francesa y 10 activistas durante la dictadura.
El mar devolvió el cuerpo de su tía ese mismo año y fue sepultado en una fosa común. Posteriormente fue identificado y enterrado en el jardín de la iglesia de Santa Cruz en Buenos Aires donde fue detenida. El entonces cardenal Bergoglio dio la orden para que su cuerpo descansara en este lugar.
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La ausencia de la jerarquía católica en el funeral causó un dolor inmenso en la religiosa, que se vio motivada a escribir a Bergoglio en 2005, quien se encontraba en el Vaticano para el sínodo de obispos y ese mismo día la llamó.
Bergoglio le aseguró que conocía el caso y por eso había permitido el entierro en el jardín de la iglesia. Ocho años después, la monja estaba en la plaza de San Pedro cuando Francisco se asomó al balcón proclamado papa.
Contó que el mensaje en favor de una Iglesia para los pobres la dejó tranquila.
El papa Francisco visitó la caravana en la que vive esta monja en una comunidad de feriantes en un parque de atracciones.
Durante la pandemia, la monja pidió ayuda para los feriantes de Luna Park que se quedaron sin ingresos.
El papa la recibió en audiencia pública junto al colectivo LGTB, trans y prostitutas a los que ayuda esta religiosa.
Estuvo pendiente de la enfermedad del papa y lo vio dar la bendición antes de su muerte. La monja ha sido inmortalizada por las cámaras frente al féretro de su gran amigo Francisco.
Otra de las historias en torno a la muerte del papa está relacionada con uno de sus sobrinos, Mauro Bergoglio, que viajó a Roma al funeral del pontífice con ayuda de donación privada.
El enfermero vive en Buenos Aires, capital de Argentina, y había anunciado en un programa de televisión que no podía viajar porque no contaba con el dinero para costear los pasajes ni el hospedaje.
Es hijo de Oscar Bergoglio, fallecido hermano de Francisco.
Luego de una declaración en un medio argentino, una empresaria donó los boletos.
Es la primera vez que Mauro pisa Roma. Este caso generó polémica, porque el presidente de Argentina encabeza la delegación con otras seis personas del gobierno y ningún miembro de la familia Bergoglio.
El papa tuvo cuatro hermanos: Oscar, Alberto Horacio, Marta Regina y María Elena; esta es la única que sigue viva y se encuentra al cuidado de monjas tras sufrir hace unos años un accidente cerebrovascular.
*Con datos de AFP