¿Hitler en Colombia? El oscuro misterio que revelan documentos desclasificados de la CIA
Adolf Hitler
Fotografías, nombres falsos y una pensión en Tunja: documentos secretos apuntan a que Adolf Hitler no murió en Berlín, sino que habría vivido en Colombia bajo una nueva identidad.
La historia oficial dice que Adolf Hitler se suicidó en su búnker en Berlín en abril de 1945, cuando la Segunda Guerra Mundial llegaba a su fin. Pero nuevas revelaciones provenientes de documentos desclasificados por el gobierno de Estados Unidos reavivan una de las teorías más polémicas del siglo XX: que el dictador nazi logró escapar a América Latina, viviendo sus últimos años en países como Argentina y Colombia.
Entre los 2.182 archivos recientemente liberados por los Archivos Nacionales de EE. UU., se encuentran informes de la CIA que dan detalles inquietantes. Uno de los más sorprendentes asegura que Hitler habría estado refugiado en Tunja, Boyacá, en una pensión conocida como Residencias Coloniales, utilizando el nombre falso de Adolf Schrittelmayor.
La versión proviene de un informe que la CIA elaboró en 1955 gracias a un informante encubierto identificado como Cimelody-3, quien reportó haber recibido datos de un exoficial nazi llamado Phillip Citroën. Este último afirmaba haber tenido contacto frecuente con Hitler en Colombia, e incluso presentó una fotografía como prueba: una imagen en la que aparece junto a un hombre de mediana edad, bigote recortado y rasgos muy similares a los del dictador.
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El lugar del supuesto escondite: una residencia de lujo en Tunja, capital del departamento de Boyacá, ubicada a más de 2.800 metros sobre el nivel del mar, lejos de cualquier sospecha internacional. Allí, Hitler habría llevado una vida discreta, protegido por antiguos contactos nazis y bajo una identidad que solo alteraba levemente su nombre original.
El relato no es nuevo, pero los documentos desclasificados lo refuerzan con nuevos detalles. Según el periodista argentino Abel Basti, autor del libro Tras los pasos de Hitler, el Führer escapó de Europa en un submarino hacia el final de la guerra y se estableció inicialmente en la Patagonia argentina. Usó diversas identidades, una de ellas, Adolf Schütelmayor, y habría contado con la complicidad de sectores estadounidenses y británicos, interesados en los secretos tecnológicos del Tercer Reich para reforzar su lucha contra el comunismo.
De acuerdo con Basti, los servicios de inteligencia, tanto la CIA como el MI6 británico, habrían tenido conocimiento de su presencia en América del Sur, pero optaron por no actuar. La teoría sugiere que a cambio de información valiosa, Hitler habría recibido inmunidad tácita, mientras otros jerarcas nazis eran perseguidos y llevados a juicio.
El informe de la CIA también indica que el agente Cimelody-3 se enteró del caso a través de una conversación en Maracaibo (Venezuela) con un amigo cercano al propio Citroën. Este último, tras la guerra, trabajaba para una naviera danesa en Venezuela y realizaba frecuentes viajes a Colombia por negocios con empresas ferroviarias. Fue en ese contexto que supuestamente se encontró varias veces con Hitler.
El documento afirma que el dictador dejó Colombia en enero de 1955 y se dirigió nuevamente a Argentina, donde habría continuado oculto hasta su muerte. Lo más inquietante es que, según este reporte, se le habría garantizado que no sería juzgado como criminal de guerra.
Aunque no existe evidencia definitiva que compruebe esta historia, la sola existencia de estos informes desclasificados de la CIA le da un nuevo aire al misterio. El uso de identidades falsas, la red de protección nazi en Sudamérica, y los intereses geopolíticos de la posguerra conforman un escenario que, por lo menos, siembra dudas sobre el destino real de uno de los personajes más siniestros de la historia moderna.