La historia del enfermero que lucró vendiendo órganos

Imagen Ilustrativa
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Un enfermero auxiliar del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) tenía un poder excepcional en la institución, pues podía vender plazas al personal y órganos para trasplante a los pacientes.

Jorge Alberto, vivía rodeado de lujos obtenidos por las ganancias que le dejaban sus actividades ilícitas, pero según el diario El Tiempo, cuando no pudo ‘cumplirle a sus clientes' decidió matarlos.

Se conoció que hasta el momento las autoridades calculan que cometió al menos siete homicidios en los últimos meses. Se informó que este hombre trabajaba en el Hospital General Morelos hasta antes de ser arrestado.

Sus labores eran, entre otras cosas, ayudar a trasladar pacientes entre salas y laboratorios, hacer curaciones y llenar formatos. Se indicó que tenía un salario que le permitiría vivir bien, sin embargo, que no le permitiría comprar los 10 autos de lujo y deportivos que tenía afuera de su casa.

En el hospital todo el personal sabía que Jorge tenía importantes conexiones con el sindicato y que por una fuerte cantidad de dinero conseguía los 'lugares'.

Laura Soto, auxiliar administrativa de una pequeña clínica del IMSS, soñaba con tener un mejor ingreso. Supo de Jorge y lo contactó tras ver como varios de sus compañeros lograron ascender en tiempo récord.

La fórmula era fácil: dependiendo del tipo de plaza deseada era la 'tajada' para el sindicato, le explicó el enfermero. Laura logró reunir $4,193.00 (con lo que tendría 'derecho' a un cargo en las oficinas centrales). Sin embargo, pasaron varias semanas y el ascenso no llegaba, al igual que Laura otros de sus compañeros, que también entregaron dinero a Jorge, se impacientaron. La Fiscalía del país estima por ese grupo se recibió más de $31,000.00.

El 6 de diciembre, Laura recibió la tan esperada llamada. Jorge se comunicó para decirle que todo estaba listo, que se verían al día siguiente cerca de las oficinas de la Delegación para hacer los trámites necesarios para obtener el nuevo puesto.

Al día siguiente, en vez de encontrarse con Jorge, se encontró con la muerte, pues desde un vehículo le dispararon. Según informes preliminares, Jorge se cansó que lo molestara.

Según la publicación, Daniel Gregorio Romero padecía diabetes, su calidad de vida era cada día peor. Era jubilado y desde hacía meses esperaba por un trasplante de riñón; sin embargo, ocupaba los últimos lugares de la lista de espera.

En un acto desesperado, los Romero contactaron con Jorge Alberto y un médico aún no identificado, quienes les hicieron saber que podían conseguir el riñón rápidamente y llevar a cabo el trasplante en el IMSS, sin necesidad de ser derechohabiente.

El acuerdo implicaba un pago, sin embargo, al igual que con Laura, el enfermero incumplió y comenzaron los reclamos.

El 30 de junio la familia Romero citó a Jorge en su casa para saber qué ocurriría. Lo que sucedió esa noche se desconoce públicamente, pero las autoridades señalaron que en un video de seguridad se aprecia cómo un hombre mató uno por uno a los cinco miembros de la familia, y finalmente 'perdonó' la vida de un pequeño de dos años. Extraoficialmente, se sabe que ese hombre era Jorge.

El Ministerio Público informó, al juez que lleva el caso que, la esposa del enfermero, Lizzeth C. S., participó en los crímenes y en la operación de la venta de plazas; sin embargo, actualmente se encuentra prófuga.

De igual forma, las autoridades buscan para su detención a Juan A., quien se desempañaba como encargado de la Bolsa de trabajo en el IMSS, y quien presuntamente la persona encargada de 'dar' las personas que sobornaban al enfermero.

En este mismo contexto, la delegación estatal del IMSS informó que este fin de semana fue revocado el contrato laboral de Jorge Alberto, al tiempo que se inició una investigación interna para determinar si hay más personal involucrado en la venta de plazas.

Además, el hospital señaló que por el momento no se pueden brindar más detalles, pero que se sancionará a todo aquel que haya participado en hechos delictivos o violentado las normas de la institución.

El IMSS aseguró que las plazas son ofertadas directamente por el sindicato, de tal forma que es éste el que define los primeros filtros para la contratación de personal. Tiempo después, el 4 de enero, fue asesinado Jonathan González.

El crimen parecía tener un clara línea de investigación: se trataba de un exagente ministerial, quien seguramente había sido objeto de una venganza del crimen organizado.

Meses después, las autoridades desenmarañaron la historia: antes de ingresar a las filas policiacas, González laboraba como auxiliar en las oficinas del IMSS, cargo del que solicitó licencia (para mantener la plaza) y al que planeaba regresar en unos días.

La hipótesis que se tiene es similar a lo ocurrido con Laura. En este caso las investigaciones apuntan a que Jonathan volvería al IMSS, pero había pagado para tener un mejor puesto a su regreso.

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