Toneladas de basura inundan Chepo ante la falta de un sistema de recolección eficiente

La incapacidad administrativa para hacerle frente a la recolección de basura en puntos críticos del país se ha convertido en una crisis de salud pública que está a punto de transformarse en la próxima pandemia a la que se enfrentan miles de panameños en sus comunidades.

Para los residentes que habitan en el distrito de Chepo, la basura se ha convertido en un tremendo dolor de cabeza, en donde la proliferación de vertederos clandestinos se ha salido de control y ha inundado las calles de todo tipo de desechos que van desde plásticos, cartones, neumáticos hasta muebles, electrodomésticos e incluso animales muertos.

Los residentes aseguran que el sistema de recolección de basura, a cargo del municipio de Chepo, no es eficiente, ni mucho menos competente, sin embargo, la crisis también se ha agravado por la falta de conciencia social de los ciudadanos que irresponsablemente tiran la basura en cualquier lado y hacen mala disposición de los desechos.

Lugares como Chichebre, Unión de Azuero, Superación Campesina, Tanara y La Margaritas, padecen todos los días por la falta de un sistema eficaz y al no contar con camiones recolectores que pasen por sus comunidades se han visto en la necesidad de convertir un terreno deshabitado en un vertedero clandestino. Pero incluso así, el municipio no ha sido capaz de encargarse de recoger la basura y los desechos se han ido acumulando semana tras semana sin que a las autoridades les preocupe que la situación esté a punto de convertirse en una crisis de salud pública por la inminente proliferación de virus y enfermedades.

Sin embargo, la mala recolección de la basura es apenas uno de los tantos problemas que enfrentan los residentes de Chepo, ya que hay comunidades que no cuentan con agua potable, ni tampoco con un sistema adecuado de aguas residuales, además de la falta de aceras y calles en mal estado. Hay familias que afirman que desde hace más de 25 años nunca han tenido un servicio convencional de distribución de agua potable y solo se abastecen a través de los camiones cisternas que pasan dos veces a la semana. Otras familias señalan que llevan más de 20 años teniendo un problema de aguas residuales, que se ha ido agravando con los años.

En tanto, el tiempo sigue pasando y las autoridades son incapaces de garantizar los servicios básicos de la comunidad y los residentes se siguen preguntando dónde están los dineros de la decentralización.