Este martes se le vio gritar y forcejear con los policías que lo custodiaban hacia un tribunal en Pensilvania, vestido con un traje naranja, para una audiencia sobre su extradición a Nueva York.
El Ministerio Público acusó por el delito de homicidio doloso agravado, por el vínculo de parentesco cercano entre las partes y por el modo de ejecución atroz.
Este sombrío capítulo de la vida de Wilson se ha extendido más allá de los brutales homicidios, sumando ahora sentencias adicionales que evidencian un patrón de criminalidad persistente.