El monte Kenia, una de las pocas cumbres con glaciares de África, podría convertirse para 2030 en una de las primeras montañas totalmente desprovistas.
Los diplomáticos y analistas dicen que aún no está claro dónde podrían producirse los recortes, pero existe el temor de que el dinero destinado a la financiación climática pueda estar en peligro.