La prensa acosa a Catalina Santa sobre su pasado y el de su familia. La directora de la DEA en Colombia se encarga de poner en su sitio a los periodistas. Doña Hilda se arma de valor y sale de a dar la cara.
Albeiro continúa bajo el domino de La Diabla. Mientras que doña Hilda y Catalina Santana conversan sobre Albeiro y su desaparición y la forma tan extraña en la que le dijo que no quería saber nada de ellas.