Mal de Parkinson: presente en la vejez

Mal de Parkinson: presente en la vejez
Mal de Parkinson: presente en la vejez
10 de julio 2014 - 07:57

El Parkinson es una enfermedad que afecta a una de cada mil personas, pero generalmente esta presenta a partir de los 50 años.

Esta enfermedad afecta diversas funciones del organismo y debe tener un estricto tratamiento.

¿Qué es?

Esta enfermedad degenerativa es de carácter progresivo y se caracteriza por la destrucción de las neuronas encargadas de producir dopamina, neurotransmisor que modula los movimientos del cerebro. Sus síntomas surgen cuando ay una notable disminución de esta sustancia en el organismo.

Esta enfermedad se relacione estrechamente con los desórdenes del sistema motor y los síntomas principales son los siguientes:

-Temblor en las manos, brazos, piernas, mandíbula y cara.

-Rigidez de las extremidades y el tronco.

-Bradicinesia o lentitud en los movimientos del cuerpo.

-Inestabilidad de la postura perdida de balance.

A medida que se desarrolla esta enfermedad el paciente muestran más dificultades para realizar tareas simples, tales como caminar y hablar entre otras, generando limitaciones cotidianas y sociales en la vida del paciente.

¿Tiene cura?

Lamentablemente aún no se ha desarrollado la cura para combatir esta enfermedad asociada con la vejes, pero los tratamientos apuntan a retardar y a disminuir los síntomas. Un diagnostico a tiempo y un tratamiento especializado son las claves para abordar esta enfermedad sin llegar a los extremos.

¿Cómo detectarlo?

Los primeros síntomas son muy leves y pueden pasar desapercibidos, los pacientes presentan cansancio o describen los que sienten como malestar general. Algunos pueden sentirse temblorosos y con gran dificultad para levantarse de una silla. Además cambian la modulación de su voz ya que hablan muy bajito y su caligrafía puede cambiar. En un periodo inicial la persona puede estar deprimida y presentar constantes cambios de humor.

Los familiares y amigos son los primeros en notar estos cambios y en muchos casos tienen la responsabilidad de acudir al médico en busca de un diagnóstico y tratamiento para la persona afectada.

Terapias

A parte de la medicación existen terapias alternativas que ayudan a detener el progreso de esta enfermedad y así impedir limitaciones en la vida del paciente.

Las terapias psicológicas son de gran ayuda y además existen ciertos estímulos que favorecen a los movimientos, caminar sobre el pasto, bailar y dibujar son algunos de ellos. Para quienes sufren dificultades en el lenguaje los estudios de canto son altamente favorables.

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