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Las parejas que comparten constantemente imágenes de su vida en redes sociales tienden a reportar menores niveles de felicidad en comparación con aquellas que mantienen su vida privada fuera del ámbito digital.
La investigación analizó a 2.000 parejas, cuyas edades oscilaban entre los 18 y los 50 años, para explorar la relación entre el uso de redes sociales y la satisfacción dentro de la relación. De acuerdo con los resultados, solo el 10% de las parejas que se describieron como “obsesionadas por las selfies” se consideraron a sí mismas “muy felices”. En contraste, un 46% de las parejas que limitaban su actividad en plataformas como Instagram, Facebook o TikTok, reportaron sentirse “mucho más felices” en sus relaciones.
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La doctora Amanda Wells, psicóloga y líder del proyecto, explicó que uno de los hallazgos clave del estudio es que las parejas que publican con mayor frecuencia lo hacen motivadas por “problemas de confianza”. Según Wells, el acto de compartir continuamente fotografías puede estar impulsado por la necesidad de validación externa o de demostrar la solidez de la relación ante los demás. “Publicar constantemente imágenes parece ser una forma de reafirmar la relación ante los ojos de otros, lo cual puede ser un reflejo de inseguridades internas”, indicó la especialista.
Por el contrario, las parejas que optan por mantener una baja presencia digital valoran más la conexión interpersonal y la privacidad. Wells agregó: “Al no sentir la necesidad de proyectar una imagen idealizada, estas parejas pueden disfrutar de una relación más auténtica y libre de las presiones sociales que imponen las redes”.
El estudio también destacó que los niveles de bienestar emocional eran más altos entre quienes establecían límites claros respecto al uso de redes sociales, ya que esto les permitía dedicar más tiempo a la comunicación directa, el respeto por la intimidad y el fortalecimiento del vínculo afectivo fuera del entorno digital.
Los investigadores concluyeron que el equilibrio en el uso de redes sociales es fundamental para preservar la estabilidad emocional y la satisfacción en las relaciones. Estos hallazgos ofrecen una nueva perspectiva sobre el impacto de la tecnología en la vida íntima y sugieren que una menor exposición en línea puede traducirse en relaciones más sólidas y genuinas.