La UE afina mañana su posición de cara a la cumbre climática de París COP21
Los ministros de Medio Ambiente de la Unión Europea (UE) afinarán mañana su posición de cara a la cumbre climática que se celebra a principios de diciembre en París, el COP21, una cita en la que los Veintiocho aspira a lograr un ambicioso pacto mundial y obligatorio de reducción de emisiones.
En el encuentro, los Veintiocho reafirmarán su compromiso de mantener la temperatura por debajo de los 2 grados celsius, comparado con los niveles preindustriales, aunque existen diferencias entre los países sobre cómo expresar este objetivo, según un borrador de las conclusiones del encuentro al que ha accedido Efe.
El debate se centra entre si este objetivo equivale a reducir las emisiones en un 50 % para 2050 respecto a los niveles de 1990 o si se debe utilizar el año base propuesto por el Panel Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC), 2010, y señalar que respecto a esa fecha las emisiones caerán entre un 40 y un 70 %.
Los países como Polonia, que optan por esta última opción -que deja margen a ciertas reinterpretaciones que no gustan a socios como Alemania- son en general los mismos que se inclinan por no incluir la opción de que la UE aumente su ambición en la reducción de emisiones a 2030.
Pese a esta discrepancia, lo cierto es que la UE ya se había marcado como objetivo reducir sus emisiones en entre un 80 y 95 % para 2050.
En cualquier caso, la Unión Europea defenderá que el pacto que se alcance -que podría ser el primero de esta naturaleza que firmen China y Estados Unidos- sea legalmente vinculante, que afecte por igual a países desarrollados y no desarrollados, y que incluya el objetivo de que la temperatura no suba más de 2 grados.
En realidad, aunque el acuerdo tenga carácter vinculante, eso no supondrá que vaya a contener ningún tipo de régimen de castigo, sino que más bien los países que incumplan podrán ser calificados como incumplidores, lo que generará una presión para que tomen más medidas.
Además, se espera que se pacte un sistema de revisión cada cinco o diez años de los compromisos asumidos y los esfuerzos hechos hasta el momento, lo que permitiría aumentar el nivel de ambición.
Este planteamiento, que parte de una idea europea, cobra especial importancia a la vista de que con todas las contribuciones que cada país hará a la lucha climática ya sobre la mesa, que suman cerca del 70 % de las emisiones mundiales, no se espera que se cumpla el objetivo de 2 grados, sino que más bien se acercará a los 3.
El acuerdo también incluirá un sistema para unificar el modo en que cada país mide y comunica a sus socios los esfuerzos hechos hasta el momento, de manera que las aportaciones nacionales se puedan comparar, un punto clave que aún no ha sido pactado.
El acuerdo irá acompañado de "decisiones de las conferencias de las partes" que desarrollarán el convenio, una especie de manual de instrucciones en el que se detallará cómo se aplicarán las medidas decididas.
Finalmente, los socios internacionales prevén adoptar una agenda de trabajo para desarrollar el pacto, que se aplicará desde 2020 y que la UE quiere que entre en vigor una vez que haya sido ratificado por buena parte de los socios y no solo una minoría, para presionar a China y Estados Unidos a dar el paso.
Otra cuestión de gran importancia, que sigue abierta para mañana, es la financiación de la lucha contra el clima, punto en el que la UE prevé reafirmar su compromiso con aumentar a movilización de fondos -privados y públicos- y cumplir con la meta mundial de dedicar un total de 100.000 millones de dólares al año a esto a partir de 2020.