Panamá no acepta pagar precio por romper silencio de Odebrecht

El próximo 1 de junio tendrían que dejar de ser secretas las confesiones de André Rabello, exdirectivo de Odebrecht Panamá. Pero la falta de un acuerdo entre Brasil y Panamá podría evitar que estas revelaciones se usen en la investigación local.

Brasil busca que sus nacionales no sean juzgados en otros países, a cambio de las confesiones de los directivos de Odebrecht, un arreglo al que muchos países latinoamericanos se subscribieron. Países como Panamá podrían esclarecer la sofisticada red de corrupción montada por la constructora, y descubrir quienes participaron en este esquema de corrupción. Sin embargo, Panamá prefirió no firmarlo.

“Ellos tienen una resistencia a llegar al fondo de la investigación. Y esto pareciera aumentar cada vez que salen nombres de personas allegadas al gobierno actual”, señaló Ramón Ricardo Arias, de Transparencia Internacional.

Así las cosas, el tan esperado 1 de junio podría pasar sin pena ni gloria. La oportunidad de descubrir, sin mayor obstáculo, la ruta de los $59 millones que pagó Odebrecht a cambio de contrataciones públicas entre 2010 Y 2014, incluyendo la temporada de alianza Panameñismo - Cambio Democrático se esfumaría.

“Desde el día 1 ha habido una conspiración para tapar todo lo de Odebrecht”, manifestó por su parte el excanciller Jorge Eduardo Ritter.

La pregunta que ahora sale a flote es, ¿desde cuándo el Ministerio Público conocía de esta condición y por qué prefirió no firmar el acuerdo?

“Pareciera ser que los diputados se prestaron cuando hicieron la Ley de Delación Premiada. Probablemente sabían que la condición de Brasil es que hubiera exoneración total”, afirmó el excontralor, Alvin Weeden.

La historia de cooperación judicial entre Brasil y Panamá ha estado llenas de tropiezos y reclamos por información entregada incompleta entre ambas partes ha sido la tónica desde hace ya más de año y medio.