Macaulay Culkin quiso comprar la casa de 'Mi Pobre Angelito' para los turistas

Macaulay Culkin confesó que recientemente consideró comprar la famosa casa en la que se filmó la icónica película de 1990. Durante un evento nostálgico en Illinois, el intérprete compartió cómo estuvo a punto de adquirir la residencia, aunque finalmente desistió de la idea.

La confesión tuvo lugar la semana pasada en “Una noche nostálgica con Macaulay Culkin”, una gira especial en la que el actor revive su papel más famoso a través de proyecciones de la película y sesiones de preguntas y respuestas con los fans. En un ambiente lleno de anécdotas y recuerdos, sorprendió al público al revelar que estuvo cerca de comprar la casa: “Estuve a punto de comprarla, solo por diversión”, comentó, según recoge The New York Times.

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La residencia, ubicada en Winnetka, Illinois, estuvo a la venta en mayo de este año por 5.25 millones de dólares y no tardó en encontrar un nuevo dueño, cerrándose la transacción apenas una semana después de haber sido ofertada. Se trata de una casa de ladrillo de cinco habitaciones y 860 metros cuadrados que, gracias a la cinta, se convirtió en un símbolo de la cultura pop navideña.

Aunque la posibilidad de tener las llaves de su pasado fue tentadora, Culkin aclaró que no pretendía vivir en la casa, sino convertirla en una especie de “atracción para los fans”, donde se recrearían algunas de las escenas más memorables de la película: “Quería poner un cine adentro y que la gente pudiera bajar en trineo por las escaleras, como lo hice en la película”, explicó. Sin embargo, la idea quedó en el aire debido a sus responsabilidades familiares: “Tengo hijos. Estoy ocupado, hombre”.

Macaulay Culkin alcanzó la fama con apenas 10 años, edad a la que protagonizó Mi Pobre Angelito y su secuela, Mi Pobre Angelito 2: Perdido en Nueva York. El éxito descomunal de ambas cintas no solo lo convirtió en uno de los actores más reconocidos de su generación, sino también en un símbolo del cine navideño. Sin embargo, el actor reconoció que su papel tuvo un impacto complejo en su vida: “Fue una especie de maldición y una bendición, por un tiempo”.

Años después, con la llegada de sus hijos, fruto de su relación con la actriz Brenda Song, Culkin ha encontrado una forma más ligera de reconciliarse con su pasado cinematográfico. Ahora, ver las películas junto a sus pequeños le ha permitido observarlas desde una perspectiva completamente diferente: “La veo a través de una lente diferente, la veo con ellos. Y ellos no tienen idea de quién está sentado a su lado”, comentó.

Uno de los momentos más entrañables que el actor compartió fue el de su hijo mayor, Dakota, de tres años, quien cree que los recuerdos de las escenas de la película le pertenecen. “Él piensa que es Kevin”, relató Culkin en una entrevista con E! News. Con humor, el actor contó una conversación con su pequeño: “Le pregunté: ‘¿Recuerdas bajar las escaleras en el trineo?’. Él respondió: ‘Mmm, sí. Claro que sí’. Le pregunté: ‘¿Recuerdas cuando tenías el pelo amarillo?’. Y él respondió: ‘Sí, sí’”. Entre risas, Culkin confesó que en una ocasión bromeó con su hijo diciéndole: “¡Eres un mentiroso que miente! ¡Ese era yo!”.