La locura del Quijote sirve en Bolivia para hacer soñar a los alumnos
Parecía una locura que un colegio boliviano eligiera El Quijote para fomentar la lectura, pero el centro Simón Bolívar de La Paz ha logrado hacer soñar a sus alumnos a través de las aventuras de Don Quijote y Sancho Panza.
Dentro del Programa Socioproductivo (PSP) impulsado por el Ministerio de Educación de Bolivia, el colegio de turno de tarde situado en el barrio de Sopocachi optó por elegir la lectura de El Quijote como la base de su proyecto, algo inusual en el país andino.
"Nosotros queríamos recuperar el hábito de la lectura, algo que con las tecnologías se está perdiendo", explica a EFE el director de la escuela, Óscar Salvatierra.
Todo el colegio se implicó con esta idea y tanto profesores como alumnos se fascinaron con la obra cervantina.
Una de las ideas principales que quieren transmitir desde la escuela es la posibilidad de soñar, tal y como hacía Don Quijote. "Queremos demostrar que vale la pena ser un soñador", subraya el profesor de Psicología, Isaac Machicado.
"Era su locura lo que lo llevaba a hacer tantas cosas", cuenta entusiasmado Kevin Gabriel Chávez, alumno del Simón Bolívar, sobre Don Quijote de La Mancha.
El centro paceño desmenuzó El Quijote en todas sus áreas hasta hacerlo atractivo para sus alumnos.
Desde un rap sobre las aventuras del manchego para el área de música, hasta el funcionamiento de los molinos de viento para las clases de física, o una representación teatral en inglés para la clase de idiomas.
El Quijote en su máxima extensión y representación gracias a la buena coordinación de dirección, claustro y alumnos, que desde el pasado día del libro, 23 de abril, llevan mostrando su trabajo en la ciudad de La Paz.
Por otro lado, Gema Marqués, también alumna del Simón Bolívar turno tarde, apunta que El Quijote "es una obra que enseña muchos valores, no solo la locura. Don Quijote enseña cómo ser un caballero".
El centro está conformado por alumnos de primero a sexto de secundaria y aunque los profesores reconocen que "al principio fue difícil coordinarlos y despertar su interés en la obra cervantina", poco a poco fueron llamando su atención con curiosidades y distintas actividades.
Un Quijote en quechua y aimara, entre otras peculiaridades.
Todo este trabajo viene dado por la "fascinación" de su director por la obra de Cervantes. "La verdad que soy un fanático de El Quijote, tanto a nivel de colección de libros como de estatuillas", reconoce orgulloso Salvatierra.
Resulta sorprendente esta pasión a más de 8.000 kilómetros de aquel lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme. Una pasión que el director del Simón Bolívar ha conseguido transmitir a sus colegas del centro.
"La verdad es que todos habíamos leído El Quijote alguna vez, pero nunca le habíamos dado esta importancia hasta que nuestro director nos propuso este proyecto", explica el profesor de Psicología.
Desde el colegio no descartan realizar de nuevo este proyecto con otra obra debido a su éxito -han ganado todos los concursos escolares de PSP a los que se han presentado y ya preparan su salto a certámenes internacionales- pero son conscientes de que este año será difícil de repetir.
La locura de Don Quijote se apoderó del Simón Bolívar y no lo soltó hasta conseguir que sus alumnos sueñen a lo grande. El hábito de la lectura en el centro paceño ha llegado para quedarse.