Gypsy Rose Blanchard, la joven condenada por el asesinato de su madre sale de prisión

Gypsy Rose Blanchard
Gypsy Rose Blanchard / Captura de video/YouTube canal Historia Criminal

En junio de 2015, la sociedad norteamericana vivió otro episodio de espanto en su ya conocida historia criminal después que saliera a la luz el horrendo asesinato de una madre a manos del novio de su hija. La historia acaparó las portadas de la prensa internacional porque se trataba de una mujer "abnegada" que había dedicado toda su vida al cuidado de su hija enferma y discapacitada. Sin embargo, con el pasar de los días se descubriría la verdad detrás de una red de mentiras que acabó en tragedia.

En julio de 2016, Gypsy Rose Blanchard se declaró culpable del asesinato de su madre, Clauddine “Dee Dee” Blanchard, quien fue apuñalada por su novio de ese entonces para “liberarla” del calvario que estaba viviendo.

Pese a que era una niña completamente sana, su madre hizo creer por años que Gypsy tenía leucemia, asma, epilepsia y una larga lista de condiciones y enfermedades. Para mantener su mentira frente al ojo público, Dee Dee obligaba a su hija a someterse a procedimientos médicos invasivos e innecesarios, consumir altas dosis de medicamentos y no dejaba que tuviera contacto con absolutamente nadie que no fuese ella.

Cansada de la violencia física y emocional que ejercía Clauddine, Gypsy (de 23 años en ese momento) le pidió a su novio Nick Godejohn que la salvara, y fue así como en su casa familiar, el joven apuñaló a la mujer, provocando su muerte.

Tras el juicio, Godejohn fue sentenciado a cadena perpetua mientras que Gipsy Blanchard fue condenada a diez años de prisión. No obstante, luego de cumplir el 85% de su pena, el Departamento Correccional de Missouri acaba de soltarla bajo libertad condicional. Blanchard, ahora de 32 años, fue liberada del Centro Correccional de Chillicothe a las 3:30 a.m. (hora local), según el Departamento Correccional de Missouri. Se le concedió la libertad condicional y fue liberada tres años antes de la fecha fijada cuando la condenaron, de acuerdo con un portavoz.

Meses antes de su liberación Gypsy concedió una entrevista en exclusiva para la revista People en la que habló de lo ocurrido durante su niñez y adolescencia. Aunque refuerza haber sido víctima del control abusivo de su madre, Gipsy confiesa que fue un error la decisión que tomó ocho años atrás, cuando pidió a su entonces novio que matara a Dee Dee. “Nadie me oirá nunca decir que me alegro de que esté muerta o que estoy orgullosa de lo que hice. Me arrepiento cada día”, expresó.

Todo era una mentira

Como repasa un documental de HBO sobre el asesinato, la infancia de Gipsy se forjó en medio de una cruel y despiadada red de mentiras que su madre creó para llamar la atención de la comunidad. Dee Dee inventó enfermedades y sometía a Gypsy a procedimientos médicos innecesarios y dolorosos desde su niñez. Los supuestos diagnósticos de epilepsia, parálisis e incluso leucemia no eran reales; pero ella cedía a la manipulación de su madre, quien tenía control psicológico e incluso físico.

Dee Dee la obligaba a usar una silla de ruedas, aunque no lo necesitaba. También la alimentaba por sonda y le rapó el cabello cuando le asignó un tratamiento contra el cáncer. Amigos, familia e incluso doctores creyeron que Gypsy no era capaz de valerse por sí misma. Según los expertos, este era un caso de Munchausen por poderes, donde un guardián induce o exagera enfermedades en un niño para obtener atención y simpatía.

La situación llegó a un punto crítico cuando Gypsy, desesperada por escapar de su vida de confinamiento y abuso, conspiró con su novio, Nicholas Godejohn, para asesinar a su madre. Mientras Dee Dee era apuñalada, Gypsy se escondió en el baño y cubrió sus oídos para no escuchar los gritos.

En un principio, los vecinos creyeron que la niña había sido secuestrada por criminales pues su silla de ruedas y sus medicamentos no se encontraron en el lugar. Al día siguiente, la policía encontró a Gypsy Rose en Wisconsin, a donde había ido con su novio Nicholas Godejohn, a quien conoció en línea. Cuando los investigadores anunciaron que, de hecho, era mayor de edad y que no sufría ninguno de los problemas de salud física y mental descritos por su madre, la indignación pública por el posible secuestro de una adolescente gravemente discapacitada dio paso al shock.

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