Isabel, la solución española para videoconferencias múltiples, cumple 25 años
A principios de la década de los 90, un grupo de ingenieros españoles de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) desarrolló Isabel, una aplicación pionera que permitió la primera videoconferencia colaborativa que conectó a ponentes de Madrid, de Aveiro (Portugal) y de Basilea (Suiza) durante tres días.
Los responsables que estuvieron detrás de esta tecnología fueron investigadores de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación, dirigidos por el catedrático Juan Quemada, quien explica a Efe que los trabajos para su desarrollo duraron dos años.
La aplicación estuvo lista en 1994 para la segunda "Escuela de verano sobre comunicaciones avanzadas de banda ancha", permitiendo el primer gran evento transnacional de videoconferencia colaborativa entre auditorios: dos de Madrid, dos en Aveiro y uno en Basilea.
Ahora se cumplen 25 años de esa hazaña y para celebrarlo la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Telecomunicación de la universidad madrileña realiza un acto en el que se conectarán más de 20 sedes en Europa, África y América.
Pero, ¿por qué fue importante Isabel? Porque hasta ese momento las videoconferencias tenían muy mala calidad, apunta Quemada.
Y es que, hasta 1994 estas estaban basadas en líneas ISDN, las antiguas líneas de datos que empezaban a desplegarse en ese momento y que, si bien permitían la conexión de punto a punto y la integración de voz y datos en la misma línea, no eran suficientes.
"Nosotros fuimos capaces de desarrollar una aplicación para celebrar videoconferencias utilizando banda ancha, con una calidad impensable para ese momento, lo que permitía hacer eventos uniendo hasta 20 sitios distintos", señala este ingeniero de la UPM.
La aplicación consiguió, además, que las videoconferencias fueran más allá del vídeo y el audio, convirtiéndose estas en multimedia: se logró el intercambio de archivos, transparencias, música o de presentaciones.
Isabel era entonces la única aplicación de videoconferencia de calidad, capaz de utilizar 'multicast' -multidifusión- y de soportar la conexión de terminales con diferentes calidades de servicio, asegura Quemada.
Después fue utilizada en diversos eventos por todo el mundo: conferencias celebradas en Milán, Viena, Ottawa o Hamburgo para unir a decenas de participantes.
Además, en 1996 el proyecto europeo TECODIS incorporó a esta aplicación el servicio de teletrabajo para reuniones profesionales y, poco después, la 'teleclase" para las aulas, detalla la UPM en una nota.
Después de permitir durante dos décadas la creación de servicios y actividades distribuidas, Isabel no ha sobrevivido a la aparición de la nube como paradigma del despliegue de servicios en internet.
Isabel para desplegarse, relata a Efe Quemada, necesitaba de la instalación de un software en los ordenadores, así que duró hasta 2010/12, cuando la nube invadió todo lo que se hace por internet.
Sin embargo, explica, Isabel no murió, sino que evolucionó y eso fue en 2013 dentro del proyecto Lynckia/Licode.
Según Quemada, se utilizó el concepto que estaba detrás de esas grandes videoconferencias para transformar su software en un software libre más parecido a las prestaciones de la nube, y que hoy usan empresas de distintos países, además de universidades para impartir clases.
Para celebrar el aniversario este martes, la universidad usará una solución de videoconferencias desarrollada por Mashme.io, una 'spin-off' de la UPM, la cual ya se utiliza en más de 70 países.