Alivio en España por triunfo del "No" en Escocia

Tanto el Gobierno como el líder del principal partido de la oposición acogieron el viernes como una "buena noticia" el rechazo de los escoceses a la independencia, un movimiento que supone un jarro de agua fría para el independentismo catalán, que se había inspirado en el proceso escocés para realizar una consulta de autodeterminación.

Pese a que el resultado en Escocia se percibe ampliamente como un revés para el independentismo en Cataluña, se prevé que el Parlamento catalán apruebe el viernes por la tarde una ley de consultas que pueda habilitar una votación no vinculante.

El presidente del Ejecutivo español, Mariano Rajoy, felicitó el viernes a los escoceses por su decisión de permanecer en Reino Unido y la Unión Europea.

"Los escoceses han evitado las graves consecuencias económicas, sociales, institucionales y políticas", dijo Rajoy en un vídeo colgado en la página web del Gobierno (www.lamoncloa.gob.es).

Al contrario que Londres, que permitió el referéndum del jueves en Escocia, Madrid se ha negado a permitir una votación sobre la independencia para Cataluña, porque la considera ilegal y contraria a la Constitución.

"(Los escoceses) lo han hecho con escrupuloso respeto a la legalidad de su país", dijo Rajoy.

El líder del PSOE, el principal partido de la oposición, Pedro Sánchez, coincidió con otros dirigentes del PP el viernes en que la decisión escocesa era "una buena noticia".

"Los escoceses han escogido el autogobierno, el fortalecimiento de sus instituciones y del vínculo con Reino Unido, y ésa es la lectura que se debería hacer en España", dijo el socialista Pedro Sánchez en declaraciones a la radio COPE.

El independentismo catalán ha cobrado impulso en los últimos años, que han estado dominados por una profunda recesión y los recortes del gasto público.

Cientos de miles personas se manifestaron en Barcelona la semana pasada en la celebración de la Diada por el derecho a realizar una consulta, y los sondeos muestran que alrededor del 80 por ciento de los catalanes quiere poder decidir sobre su independencia, incluso aunque no esté a favor de ella.

MODELO A SEGUIR

Algunos catalanes dijeron que Escocia les había dado un modelo a seguir, independientemente del resultado.

"Lo que está claro es que la gente quiere votar", dijo Josep Roda, un abogado de 55 años, en Barcelona. "Escocia es una buena señal para que la gente pueda expresarse como quiere", dijo.

Pero los que favorecen la independencia expresaron decepción ante el resultado escocés, que vio el rechazo aprobado con un margen de 10 puntos porcentuales, mayor de lo que vaticinaban los sondeos preelectorales.

"A mí, como catalán, me habría gustado que saliera que sí a la independencia porque habría sido como un soplo para nosotros", dijo Jordi Prosa, un gestor empresarial de 54 años, sobre el referéndum escocés.

El diferencial de los bonos españoles bajó tras el resultado del voto escocés, al reducirse las perspectivas de una ruptura en Cataluña. El diferencial de la deuda española a 10 años frente a su equivalente alemán experimentaba un fuerte descenso, hasta los 108 puntos básicos, el nivel más bajo desde mediados de mayo de 2010, para colocarse posteriormente en 117.

Se prevé que el Gobierno catalán dé luz verde a la consulta, aunque sigue sin estar claro el momento exacto de cuándo realizará la convocatoria el presidente catalán, Artur Mas.

Mas está bajo presión de sus socios de coalición para que siga adelante con el referéndum, incluso aunque sea declarado ilegal, para el 9 de noviembre.

"Mas podría decidir retrasar la aprobación del decreto por motivos estratégicos", dijo Antonio Barroso, analista de Teneo Intelligence. "En cualquier caso, su decisión será el desencadenante que pondrá en marcha la maquinaria legal del Estado español", dijo.

"Es improbable que opte por desafiar a Madrid, ya que mantener una votación ilegal minaría la credibilidad internacional catalana", añadió.

El Gobierno español podría conseguir en menos de una semana la anulación efectiva de la ley catalana de consultas, algo que se realizaría sólo después de que entre en vigor la norma catalana.

El Ejecutivo la recurrirá ante el Tribunal Constitucional, que podría admitirla a trámite la próxima semana, una decisión que anularía automáticamente la ley catalana.