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Organizaciones humanitarias criticaron este lunes las sentencias de hasta mil años de prisión contra casi 250 pandilleros en El Salvador, al considerarlas una operación de "propaganda" del presidente Nayib Bukele para mostrar severidad.
La pena máxima de cárcel en El Salvador es de 60 años, por lo que el descomunal monto de las condenas anunciadas el domingo en la práctica es simbólico, según activistas consultados por la AFP.
"Ver condenas de miles de años es más propaganda que otra cosa, pues en el país no existe la cadena perpetua, y le sirve al gobierno para decirle al mundo que acá la ley es dura", dijo desde el exilio Ingrid Escobar, directora de la oenegé Socorro Jurídico Humanitario.
La Fiscalía General, afín al gobierno, informó el domingo que 248 miembros de la mara Salvatrucha (MS-13) fueron sentenciados a penas de varios siglos de prisión tras ser culpados de 43 homicidios y 42 desapariciones de personas.
Uno de los miembros de esa pandilla, declarada como "terrorista" por Estados Unidos, recibió una pena de 1.335 años de prisión. Otros 10 fueron condenados, respectivamente, a entre 463 y 958 años.
"Esas condenas milenarias son un show del gobierno en medio del dolor de muchos inocentes que siguen presos. Hemos llegado al tiempo en que la justicia es obediente y no justa", señaló por su parte Samuel Ramírez, dirigente del Movimiento de Víctimas del Régimen (Movir).
Desde marzo de 2022, el gobierno de Bukele emprendió una "guerra" contra las pandillas MS-13 y Barrio 18, amparado en un régimen de excepción que permite detenciones sin orden judicial, lo que según grupos de derechos humanos ha derivado en abusos.