Policía hondureña lanza gas lacrimógeno a jóvenes durante marcha trabajadores
La Policía de Honduras dispersó hoy con gases lacrimógenos a un grupo de jóvenes que protestaba en Tegucigalpa mientras se celebraba la marcha conmemorativa al 1 de mayo de los trabajadores organizados hondureños.
Los jóvenes, que acompañaban la marcha de los trabajadores aglutinados en tres centrales obreras, protestaban en el parque central de Tegucigalpa cuando agentes de las fuerzas de seguridad lanzaron botes de gas lacrimógeno contra ellos, según muestran las imágenes difundidas por el canal de televisión Hable Como Habla.
Los manifestantes, en su mayoría con el rostro cubierto, respondieron lanzándole piedras y bombas molotov a los policías, que emplearon además un cañón de agua a través de una unidad blindada para disolver manifestaciones.
Los jóvenes también quemaron llantas frente a la sede del Congreso Nacional, en el centro de Tegucigalpa, que era resguardado por policías, y prendieron fuego y quebraron vidrios al histórico edificio de la Alcaldía Municipal de Tegucigalpa, donde además funciona una biblioteca, según imágenes divulgadas por la prensa local.
Un dirigente de los trabajadores, José Luis Baquedano, dijo a periodistas que el enfrentamiento representa "la intolerancia y la represión" el Gobierno hacia la clase trabajadora.
"No andamos armados, nos estamos manifestando de forma pacífica y lo que recibimos son gases, eso no puede darse, hay que ser más serios, no provoquen a los trabajadores", subrayó Baquedano.
Insistió en que la marcha de los trabajadores organizados se desarrollaba de manera "pacifica", cuando los policías comenzaron a lanzar gas lacrimógeno por causas aún no esclarecidas.
Los gases afectaron a muchas personas, entre ellos decenas de niños, algunos de muy corta edad, acompañados de sus padres; vendedores y periodistas, entre otros.
Una agente de la Policía hondureña resultó herida tras recibir un golpe en la cabeza con una piedra durante el enfrentamiento, en el que los manifestantes gritaban "Fuera JOH" (Juan Orlando Hernández).
El diputado del Partido Libertad y Refundación (Libre), Rafael Alegría, quien acompañaba la marcha de los trabajadores, dijo a periodistas que "ya estaba planificado reprimir" a los trabajadores en su día y condenó la actuación de las fuerzas de seguridad.
"Es increíble, nunca habíamos sido reprimidos hasta hoy y es producto de una dictadura que estamos viviendo", subrayó Alegría.
Juan Barahona, también diputado de Libre, que coordina el expresidente hondureño Manuel Zelaya, que acompañó la marcha, condenó "la represión" contra los jóvenes que participaban en la movilización de los trabajadores.
"Nos reprimieron, esto no es posible, no tengo duda que fue la Policía la que inició la represión, ellos llegaron al parque central a tirar agua y bombas lacrimógenas, nosotros estábamos tranquilos y nos reprimieron", subrayó Barahona, quien también es dirigente sindical.
El portavoz de la Policía hondureña, Jair Meza, por su parte, dijo a periodistas que el enfrentamiento fue iniciado por jóvenes aglutinados en el Movimiento Estudiantil Universitario.
"Lamentamos lo que sucedió, en todas las ciudades fue pacífico y acá identificamos que fue el grupo del MEU los que iniciaron el caos. Estamos trabajando en controlar todo", subrayó.
Señaló que la Policía hondureña ha identificado a algunos de los manifestantes, pero que por ahora lo urgente es que "todo vuelva a la normalidad, si continúan con el caos tendremos que detenerlos".
"Algunos de ellos andan tapada la cara (...), han manchado paredes. Son grupos radicales que ocasionan el caos, respetamos las organizaciones sindicales que lo han hecho de forma pacífica, pero hay infiltrados y por eso se utilizaron métodos para controlarlos", explicó el portavoz policial.
La Secretaría de Seguridad indicó en un comunicado que "grupos antisociales" atacaron a los policías con "bombas lacrimógenas, piedras, palos, botellas y otros objetos, por lo que se procedió con medios disuasivos para controlar la situación".
Señaló que la Policía hondureña distribuyó en todo el país a más de 16.000 agentes para "garantizar el orden y la seguridad" en las marchas de los trabajadores.