Cónclave: Humo negro en la primera votación, no hay papa
El proceso previsiblemente necesitará más negociaciones y varias votaciones para que la fumata blanca anuncie el "Habemus papam".
Pasadas las 8:00 p.m. hora del Vaticano, de la chimenea instalada sobre el techo de la Capilla Sixtina emanó humo negro, dejando claro que en la primera votación no ha habido los votos necesarios para la elección del nuevo papa.
Más temprano, los 133 cardenales electores, menores de 80 años, salieron en procesión de la Capilla Paulina a la Capilla Sixtina, dando inicio al cónclave que elegirá al papa número 267 de la Iglesia católica.
En un cónclave no hay candidatos oficiales ni las tradicionales campañas de elección como en cualquier país.
Antes de iniciar el cónclave, los cardenales participaron en la misa votiva o pro eligiendo, entre llamados a "mantener la unidad de la Iglesia" en un momento "difícil, complejo y convulso".
El proceso previsiblemente necesitará más negociaciones y varias votaciones para que la fumata blanca anuncie el "Habemus papam".
El decano del colegio cardenalicio, Giovanni Battista Re, ofició la misa previa a esta elección, uno de los acontecimientos más secretos y misteriosos del mundo.
Battista Re, en su homilía, llamó a "mantener la unidad de la Iglesia" de cara al momento "difícil, complejo y convulso" que enfrentará el futuro líder espiritual de 1.400 millones de católicos.
Los cardenales vestidos con el hábito coral, congregados en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico, marcharon en procesión hacia la Capilla Sixtina invocando la asistencia del Espíritu Santo.
Teniendo como escenario los frescos de Miguel Ángel, los cardenales entonaron el "Veni Creator" y luego prestaron juramento con la mano puesta sobre el Evangelio.
Cada uno leyó la siguiente fórmula:
“Y yo, Cardenal N., prometo, obedezco y juro”. Y, poniendo la mano sobre el Evangelio, añade: “Así que Dios me ayude y estos santos Evangelios que toco con la mano".
Como es una tradición de la Edad Media, el maestro de ceremonias pronunció la frase “extra omnes”, que quiere decir todos afuera.
Las personas que no participan de la elección abandonaron la capilla y se cerraron las puertas para que los cardenales no tengan influencia desde afuera.
Pasaron casi tres horas para que la multitud que esperaba fuera en la Plaza de San Pedro recibiera la noticia de que aún no hay papa, pues la fumata que emanó de la chimenea fue negra.
Para este jueves se esperan dos votaciones en la mañana y dos en la tarde. En tanto, se harán dos fumatas para anunciar al mundo si se ha elegido un papa o si continúa el proceso.
Pasadas las 8:00 p.m., hora de Roma, de la chimenea emergió humo negro, lo que indica que aún no hay papa y habrá que esperar por una nueva votación.
En la Plaza de San Pedro miles de personas se congregaron para ver de cerca la fumata que emana de la chimenea en la primera votación.
El cardenal italiano Diego Ravelli pronunció la fórmula "extra omnes" ('salgan todos' o 'todos fuera'). En ese momento salieron de la Capilla Sixtina todos los que no tienen que ver con el cónclave y las puertas se cerraron para que los cardenales no tengan influencia desde afuera.
Los cardenales prestan juramento de obediencia antes de iniciar la elección con la siguiente fórmula:
“Y yo, Cardenal N., prometo, obedezco y juro”. Y, poniendo la mano sobre el Evangelio, añade: “Así que Dios me ayude y estos santos Evangelios que toco con la mano".
Los cardenales entonaron el himno "Veni Creator".
Afuera, en la Plaza de San Pedro, las personas observan en las pantallas el cónclave y esperarán la fumata que permita conocer cómo ha sido la votación de esta tarde en el Vaticano. La fumata blanca indica que hay papa y la fumata negra que aún no se ha elegido a un pontífice.
Los cardenales uno a uno se fueron ubicando en los puestos que ya se tenían previstos con tiempo y respetando la precedencia (orden o prelación que se le da a una persona).
Los cardenales comenzaron la procesión hacia la Capilla Sixtina cantando las letanías de los santos.
Los cardenales se congregan en la Capilla Paulina, previo a la procesión a la Capilla Sixtina donde tendrá lugar el cónclave.