La guerra arrecia entre Erdogan y el partido prokurdo
El atentado sangriento del sábado contra una manifestación pacifista en Ankara ha exacerbado las tensiones entre el gobierno turco y el principal partido prokurdo del país cuando faltan menos de tres semanas para las legislativas.
El carismático jefe de filas del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), Selahatin Demirtas, ha responsabilizado al presidente islamista conservador Recep Tayyip Erdogan del ataque, acusándolo de estar a la cabeza de un "Estado asesino en serie".
El primer ministro Ahmet Davutoglu respondió negándose a recibirlo junto a los otros líderes de la oposición.
"¡El codirigente de un partido representado en el parlamento puede decir públicamente 'esta gente ha sido masacrada por el Estado'!", comentó indignado Davutoglu en televisión.
La oposición entre los dos bandos es tal que incluso discrepan sobre el balance del ataque: 97 muertos según las autoridades y 128 según el partido de Demirtas.
Hace ya varios meses que la animadversión se ha acentuado entre el gobierno y el HDP, un partido que ha contribuido en las legislativas de junio a privar al Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) de Erdogan de la mayoría absoluta que mantuvo durante 13 años.
Este revés echó por tierra el sueño del presidente de modificar la Constitución para reforzar sus poderes.
Demirtas suele ser moderado, pero después del atentado del sábado, en el que murieron numerosos militantes o responsables de su partido, endureció el tono.
Es el tercer ataque al HDP o a sus simpatizantes. Dos días antes de las legislativas de junio, una bomba causó cuatro muertos durante un mitin en su feudo de Diyarbakir (sudeste). Y el 20 de julio, un atentado suicida mató a 34 activistas de la causa kurda en Suruç, en la frontera con Siria.
En los tres casos, se atribuye la autoría o se sospecha del grupo yihadista Estado Islámico (EI). Cada vez, el partido prokurdo acusó al gobierno de no haberlos protegido o de colaboración con los yihadistas, derrotados en varias localidades sirias por los combatientes kurdos que Ankara considera "terroristas".
'Derrocar al dictador'
"Ellos (el gobierno) nos han transmitido un mensaje: 'podemos matar al que se cruce en nuestro camino y silenciar el caso'", acusó Demirtas.
Un discurso del agrado de sus seguidores pero que exaspera al poder. La prensa favorable al régimen le reprochó que "mantuviera una reunión política" en el lugar del drama para prometer a sus simpatizantes que "derrocarán al dictador", o sea a Erdogan.
Según Aaron Stein, analista de Atlantic Council, muchos de los partidarios del HDP están convencidos de que los dirigentes turcos apoyan a los yihadistas contra los combatientes kurdos de Turquía o de Siria.
"Demirtas repitió las acusaciones que han llevado a muchos a pensar que el AKP (partido de Erdogan) puede estar vinculado con un atentado del estilo de los del EI"."No es verdad pero puede explicar su cólera", explica Stein.
Desde la campaña de las legislativas del 7 de junio, el bando del presidente reprocha con insistencia al HDP su "complicidad" con los "terroristas" del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK).
Después del atentado de Suruç, los rebeldes rompieron el alto el fuego que respetaban desde hacía dos años y reanudaron sus atentados contra policías y soldados turcos.
Turquía, que cuenta con unos 15 millones de kurdos, o sea el 20% de su población, respondió bombardeando las bases del PKK en Irak. Una escalada que dio al traste con las negociaciones de paz emprendidas en 2012 entre las dos partes.
La reanudación de los enfrentamientos entre el ejército y los insurgentes ha debilitado la posición de Demirtas.
Erdogan no ha perdido ocasión de insistir en la proximidad del dirigente kurdo con la rebelión, con la esperanza de ganarse los votos nacionalistas en las legislativas anticipadas del 1 de noviembre. Si pudiera "correría en las montañas", que sirven de retaguardia al PKK, comentó recientemente el presidente.
"Demirtas es un dirigente carismático capaz de ampliar la base electoral de su partido", estima Aaron Stein, pero su supuesta cercanía al PKK puede costarle "políticamente muy caro". Por el momento los sondeos auguran lo contrario, con un aumento del número de votos con vista a los comicios de noviembre.