Kerry llega a Kiev para abordar posible entrega de armas a Ucrania
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, llegó este jueves a Kiev para abordar una posible entrega de armas a Ucrania, cuyo gobierno lleva meses pidiendo ayuda en su lucha contra los separatistas prorrusos del este.
El jefe de la diplomacia estadounidense se reunirá con el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, y el primer ministro, Arseni Yatseniuk. Se espera que hable ante la prensa sobre las 12H00 GMT.
Este mismo jueves, François Hollande y la canciller alemana, Angela Merkel, viajarán a Kiev y el viernes se desplazarán a Moscú, para proponer una solución al conflicto, anunció el presidente francés por la mañana.
El ejército ucraniano se halla en mala situación frente a los rebeldes que le han infligido varias derrotas militares en los últimos meses.
Y los bombardeos se cobran víctimas a diario. En las últimas 24 horas, murieron 14 civiles y cinco soldados por fuego de artillería.
Washington aún no tomó una decisión sobre la entrega de armas a Kiev, pero el gobierno ucraniano ya indicó que quería armas sofisticadas, como "dispositivos de comunicación" y de guerra electrónica, por ejemplo, para engañar radares, según el jefe de la diplomacia ucraniana Pavlo Klimkin.
Un informe independiente, publicado el lunes por varios grupos de reflexión estadounidenses, evoca también entregas de drones y misiles antitanque, de los que carece Ucrania. De hecho, Washington también estaría barajando la posibilidad de proporcionar sus misiles antitanque Javelin a las tropas de Kiev.
Estados Unidos ya había concedido una ayuda de 118 millones de dólares militar al gobierno ucraniano en noviembre, pero las entregas se limitaban hasta ahora a elementos "no letales", como chalecos antibalas, material médico o radares.
Washington ha descartado durante meses dar armas "letales" a las tropas ucranianas, pero está cambiando de parecer, según responsables norteamericanos, por el apoyo que brinda Rusia a los rebeldes. Kiev y Occidente acusan a Moscú de armar a los separatistas y de haber enviado sus soldados a Ucrania.
La OTAN responde a la agresión rusa
Una respuesta positiva de los norteamericanos podría ser interpretada por Moscú como una implicación directa de Washington en el conflicto, y tensar aún más las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, que viven su peor momento desde la Guerra Fría.
Símbolo de la tensión creciente, la OTAN decidirá el jueves si refuerza su presencia en su flanco este, aprobando la creación de una nueva fuerza de reacción de 5.000 soldados y de seis "centros de mando", que responderían a "la agresión" de Rusia en Ucrania, indicó el secretario general de la Alianza, Jens Soltenberg.
"Es una respuesta a las acciones agresivas de Rusia, que violó la ley internacional y se anexionó a Crimea", explicó Stoltenberg.
La crisis ucraniana también estará en el centro de una conferencia internacional sobre seguridad esta semana en Múnich, a la que asistirán Kerry, Poroshenko, Merkel, y el vicepresidente norteamericano Joe Biden.
Merkel viajará luego a Washington para "definir una línea política clara con [el presidente estadounidense] Barack Obama" frente a Rusia, antes de un encuentro de jefes de Estado europeos previsto el 12 de febrero en Bruselas.
Por otra parte, la Unión Europea añadirá 19 personas y nueve entidades a su lista negra de sancionados por su implicación en el conflicto, indicaron este jueves fuentes europeas. El castigo incluye la prohibición de entrar en la UE y el bloqueo de sus cuentas.
Entretanto, las tropas ucranianas y los rebeldes se enfrentaban este jueves en el este de Ucrania, donde murieron cerca de 5.300 personas en más de nueve meses de conflicto.
La situación era especialmente tensa alrededor de la ciudad estratégica de Debaltseve, que conecta los bastiones rebeldes de Donetsk y Lugansk, donde los separatistas llevan días intentando rodear a un numeroso grupo de soldados ucranianos.
La UE y la ONU han hecho un llamamiento a declarar un alto el fuego inmediato en esa zona para que los civiles puedan abandonarla con toda seguridad. La población de Debaltseve pasó de 25.000 personas a 7.000 en pocos días, según la ONG Amnistía Internacional.