Malasia e Indonesia ayudará a migrantes varados en el mar
En un posible avance en la crisis humanitaria que afecta al sureste asiático, Indonesia y Malasia acordaron este miércoles 20 de mayodar refugio temporal a miles de migrantes atrapados en el mar, después de insistir durante varias semanas en que no eran bienvenidos.
Pero pidieron ayuda internacional, y afirmaron que la crisis es global y un problema regional.
"Indonesia y Malasia acordaron seguir proporcionando asistencia humanitaria a esos 7.000 inmigrantes irregulares en el mar", dijo el ministro malasio de Exteriores, Anifah Aman, tras una reunión a tres bandas con sus homólogos de Indonesia y Tailandia.
Los dos países "también acordaron proporcionarles refugio temporal, siempre que la comunidad internacional complete el proceso de reubicación y repatriación en un año".
ASISTENCIA HUMANITARIA
Tailandia no ofrecerá refugio, pero sí asistencia humanitaria, señaló. Tailandia había dicho antes que no podía permitirse aceptar más migrantes porque ya está sobrecargada con decenas de miles de refugiados de Mianmar.
Anifah evitó responder a preguntas sobre si los refugiados serían aceptados aunque la comunidad internacional no cooperase, pero respondió a otra pregunta diciendo que los migrantes recibirían refugio "de inmediato".
Mientras los tres ministros celebraban su reunión, una flotilla de pescadores indonesios rescató a más de 430 migrantes que estaban varados en el mar y los puso a salvo en la costa. Más de 3.000 bangladeshíes y miembros de la etnia rohingya de Mianmar desembarcaron en los tres países en las últimas semanas, aunque se ha rechazado a algunos barcos.
Se cree que la mayoría son víctimas de traficantes de personas, que los reclutan en Bangladesh y en la provincia de Sittwe, en Mianmar, con promesas de llevarlos a salvo a Malasia y darles trabajo una vez allí.
SITUACIÓN DE LOS MIGRANTES
Los migrantes rescatadosllegaron a tierra en una decena de botes de pescadores, dijo Herman Sulaiman, de la Agencia de Búsqueda y Rescate del distrito de Aceh Oriental.
No estaba claro si los migrantes estaban en un solo barco o si habían viajado en varios. Las primeras 102 personas llegaron a la costa en el pueblo de Simpang Tiga, en la provincia oriental de Aceh, indicaron Silaiman y otros rescatistas.
"Sufrían deshidratación, están débiles y hambrientos", dijo Jairul Nove, responsable de la agencia de Búsqueda y Rescate en la provincia de Aceh. Entre los 102 pasajeros había 26 mujeres y 31 niños.
Uno de los migrantes, Ubaydul Haque, de 30 años, dijo que el motor del barco había fallado y el capitán huyó, y estuvieron en el mar cuatro meses antes de que los pescadores indonesios los encontraran.
Uno de los pescadores que dirigió el rescate era Razali Puteh, de 40 años. Dijo haber visto un remolcador verde de madera abarrotado de gente que gritaba, y agitaba las manos y ropa para llamar su atención.
Al acercarse al barco, la gente que estaba a bordo empezó a saltar al agua intentando llegar a su bote. Les pidió que se quedaran en su barco, que al parecer no tenía motor, y les prometió que volvería con ayuda. Después volvió con otros pesqueros y llevaron a los migrantes a tierra.
No está claro cómo alcanzaron los tres gobiernos la cifra de 7.000 personas. La agencia de refugiados de Naciones Unidas cree que hay unas 4.000 personas en el mar, aunque algunos activistas habían dado una cifra inicial de 6.000.
CRISIS
La crisis estalló en mayocuando los gobiernos de la región lanzaron operaciones contra el tráfico de personas. Varios capitanes de los barcos de traficantes abandonaron sus navíos —con cientos de migrantes a bordo— en el mar. Hasta la llegada de los nuevos migrantes el miércoles, unos 3.000 habían llegado a tierra en Malasia, Tailandia e Indonesia en las últimas semanas.
La cooperación de Mianmar se considera vital para resolver la crisis, pero su gobierno ya puso en duda su asistencia a una conferencia auspiciada por Tailandia el 29 de mayo, que pretende incluir a las 15 naciones asiáticas afectadas por la emergencia.
Las autoridades de Mianmar señalaron que no acudirán si se menciona la palabra "rohingya" en la invitación o si se va a culpar a su país como "la fuente del problema".
Los musulmanes rohingya han sufrido décadas de discriminación aprobada por el estado en Mianmar, que es de mayoría budista. Naciones Unidas los considera uno de los grupos más perseguidos en el mundo.
En los últimos tres años, cientos de personas murieron en agresiones de turbas extremistas budistas contra los rohingya, que iniciaron un éxodo de más de 120.000 personas, según ACNUR.
Incluso el término rohingya es tabú en Mianmar, que los llama "bengalíes" e insiste en que son inmigrantes sin estatus legal procedentes de Bangladesh, a pesar de que los rohingya llevan varias generaciones en el país.