Asad asegura cumplir con la tregua

El presidente sirio, Bachar al Asad, afirma en una entrevista que divulga hoy la televisión pública alemana "ARD" que sus tropas mantienen el alto el fuego acordado por Estados Unidos y Rusia pese a las violaciones de los "terroristas".

En sus declaraciones, Asad se compromete a hacer "su parte" para que se mantenga el cese de las hostilidades, pero reconoce que todo tiene "su límite" y que el éxito depende del "otro lado", que mantiene "intereses contradictorios" con su "campo".

«Vamos a hacer nuestra parte, para que salga adelante" el alto el fuego, afirma Asad en la entrevista.

El presidente sirio subraya, además, que "los terroristas han violado el alto el fuego desde el primer momento", mientras que "las fuerzas armadas sirias, por su parte, han renunciado a responder para mantener abierta la esperanza de que el acuerdo sobreviva".

"Esto es lo que podemos hacer, pero al final todo tiene su límite y depende del otro lado", advierte.

Además, insiste en tildar de terroristas a todos los que se oponen al gobierno, sin diferenciar a los yihadistas del Estado Islámico (EI) o del Frente Al Nusra de los rebeldes de la oposición moderada, porque "legalmente cualquiera que emplea armas contra civiles o propiedad privada" es un terrorista.

El presidente sirio reconoce que no todos son "extremistas" entre quienes combaten al gobierno, pero denuncia que "los moderados" son "triviales" y "no tienen ninguna influencia sobre el terreno".

Con respecto a la situación de la población siria, Asad considera que el país está en una situación de "desastre" humano y niega que su ejército bloquee el acceso de los convoyes humanitarios de las Naciones Unidas a algunas localidades y regiones rebeldes, de lo que se le ha acusado.

De hecho, rechaza todas las acusaciones de abusos y violaciones de los derechos humanos que se le han hecho desde Occidente, negando los bombardeos sobre centros médicos controlados por la oposición o las detenciones ilegales de disidentes.

Asad se muestra asimismo dispuesto a dejar su puesto "inmediatamente" y "sin ninguna duda" si así lo deciden los sirios en elecciones, pero que "le importa un comino" lo que exijan otros países pues eso es exclusivamente un "asunto sirio".

A continuación, tras asegurar que no duerme porque tiene que trabajar, se muestra dispuesto a seguir en el cargo hasta que no tenga la "capacidad de cumplir" y los sirios no le quieran en ese puesto.

El presidente sirio agrega que su país no es en la actualidad "totalmente soberano" porque depende de la ayuda de Rusia, Irán y el Líbano, que le apoyan en su lucha contra el terrorismo islamista.

En el fondo, añade: "no han venido en nuestra defensa, sino en su propia defensa", porque el yihadismo "no reconoce fronteras" y si logra establecerse en Siria no dudará en extenderse a los países vecinos.

Asad critica la posición de Occidente, que apoya a los rebeldes, y se pregunta si no sería "más inteligente y menos costoso" ayudar a los sirios en su país en lugar de verse forzado a acoger refugiados "que abandonan su país".

Para esto, recalcó, Occidente debe decidir combatir al terrorismo en lugar de a Siria.

A los rebeldes les ofrece una "amnistía ilimitada" si entregan sus armas: "No exijo nada más".