Minero culpa a empresa por tragedia en Turquía

Ap
17 2014 - 12:36

SAVASTEPE, Turquía (AP). Erdal Bicak cree saber por qué tantos de sus colegas fallecieron en el peor desastre minero en Turquía: la negligencia de la empresa. También sabe otra cosa: jamás volverá a trabajar en una mina.

Bicak, de 24 años, terminó su turno el 13 de mayo y salía a la superficie cuando los jefes le ordenaron regresar por un problema en la mina de carbón de Soma, en el oeste de Turquía. Los trabajadores se reunieron en un área y rápidamente se colocaron sus máscaras antigás.

"La empresa es culpable", dijo a The Associated Press, agregando que los jefes tenían máquinas que medían los niveles de metano. "Los nuevos niveles de gas habían subido demasiado y ellos no nos avisaron a tiempo".

El minero también aseguró que los inspectores de seguridad del gobierno nunca visitaron las zonas más profundas de la mina de Soma y no tenían idean de lo que empeoraban las condiciones a medida que los obreros descendían.

Sin embargo, representantes del gobierno y la minera insisten en que el desastre que dejó 301 trabajadores muertos no fue por negligencia y que la mina era inspeccionada con regularidad.

Akin Celik, gerente de operaciones de la excavación, ha dicho que el humo denso por el incendio subterráneo mató a muchos trabajadores que no tenían máscaras antigás. Altos niveles de dióxido de carbono y monóxido de carbono también han sido un problema para rescatar a las víctimas.

Bicak, quien resultó lesionado severamente en una pierna cuatro trató de salir, relató su escape el viernes por la noche durante una vigilia en memoria de las víctimas de Soma en el poblado vecino de Savastepe.

Hay indignación pública por la tragedia. El viernes, la policía usó gas lacrimógeno y cañones de agua para dispersar a los manifestantes en Soma, que demandaban la renuncia del gobierno del primer ministro Recep Tayyip Erdogan. En Estambul, la policía separó a una multitud con velas encendidas.

La policía aumentó el sábado la seguridad en Soma para evitar nuevas movilizaciones y detuvo a abogados que se enfrentaron con la policía. Los abogados llegaron para ofrecer ayuda a las familias de los mineros.

Bicak relató que estaba a casi un kilómetro bajo tierra junto con otras 150 personas el martes por la tarde cuando escuchó una explosión. Les habían dado máscaras de oxígeno que él cree no habían sido inspeccionadas en años.

Él y otro amigo trataron de salir, pero el humo era denso, el camino estrecho y los techos tan bajos que los mineros no podían levantarse. Bicak y su amigo se abofeteaban entre sí para mantenerse despiertos.

Apenas lograron salir, quedaron inconscientes. El minero relata que de 150 personas que estaban con él, sólo 15 salieron con vida.

Bicak ya no quiere regresar a las minas. "Ya no seré minero nunca más. Dios me dio una oportunidad", aseguró.

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