EEUU enfrenta el desafío del censo 'en un contexto controversial'
Estados Unidos realiza un nuevo censo este año y los encuestadores deben hacer frente al miedo entre las minorías -incluidos los latinos- de que la información que proporcionen se filtre a las autoridades migratorias. Por eso, promueven una campaña que busca asegurar que "todos cuenten".
En Estados Unidos, el censo se realiza cada 10 años y determina cómo se gasta el presupuesto y se distribuyen los escaños en la Cámara de Representantes, por lo que la intención del gobierno de Donald Trump de incluir una pregunta sobre la ciudadanía -que fue finalmente bloqueada- atizó los temores de que comunidades con un porcentaje alto de indocumentados se restaran de la consulta.
"Estamos en un contexto que reconocemos que es un contexto controversial, pero en el cual nosotros estamos haciendo todos los esfuerzos posibles para ir a la comunidad", dijo a la AFP María Olmedo Malagon, encargada de la campaña para promover la consulta en la Oficina del Censo.
Trump luchó encarnizadamente por incluir una pregunta sobre la nacionalidad en el censo, en un momento en que su gobierno mantiene una línea dura contra la inmigración irregular, en un país en el que viven más de 10 millones de indocumentados, según la consultora Pew.
El debate sobre la pregunta de la nacionalidad llegó hasta la Corte Suprema, que en junio se pronunció en contra.
Esa pregunta -abandonada hace 60 años- podía impedir que entre 1,6 y 6,5 millones de inmigrantes -en su mayoría latinos- participaran en la encuesta o que mintieran en sus respuestas por temor a ser localizados, especialmente en el caso de los indocumentados, según los expertos del censo.
Kendall Johnson, directora de comunicación del Censo, dijo el martes en una presentación pública de la campaña publicitaria para alentar la participación que hay muchas diferencias entre el censo de 2010 y el de 2020, por un lado, por el cambio en el panorama mediático y por otro por la mayor desconfianza hacia el gobierno.
Esta campaña cuenta con una estrategia amplia que incluye miles de avisos en televisión y radio, pancartas e impresos pero también está orientada a audiencias fragmentadas en internet y adaptada a 12 idiomas, además del inglés.
La consulta comenzará a finales de enero con el conteo ceremonial de una población aislada en Alaska y a partir del 1 de abril se censará al resto del país. Las personas pueden acceder a los cuestionarios por teléfono, internet o correo y los hogares que no respondan serán visitados por un encuestador.
"Sigue habiendo miedo"
Para Olmedo Malagon, el miedo en la comunidad latina no es algo nuevo, pues ya se vio en el censo pasado, pero esta reticencia aumentó.
La funcionaria recordó que la privacidad del censo está protegida por ley federal y quien rompa esta regla se arriesga a una pena de 5 años de cárcel y 250.000 dólares de multa.
"El censo está totalmente regido por la Constitución", dijo. "La privacidad está muy metida en el ADN de cualquier persona que trabaja en el censo", agregó.
Amy Hinojosa, de la organización latina MANA, formó parte de las asociaciones locales elegidas por la Oficina del Censo para acercarse a la comunidad y vencer el miedo.
"Había mucho miedo y sigue habiendo miedo, pero nuestro trabajo es ayudarlos a entender que el conteo es legal", contó a la AFP.
Para ello, su organización se acercó a las mujeres. "Cuando uno llega a donde están las mujeres en la comunidad latina, entonces llega a donde se toman las decisiones", agregó.
"Nuestro asiento en la mesa"
Carlos Alcazar, socio directivo de la agencia de publicidad Cultural One World, que participó en la campaña, contó a la AFP que se hicieron muchos grupos de discusión para identificar las barreras existentes.
"Se mezclaba la desconfianza hacia el gobierno y también el miedo a la pregunta sobre la nacionalidad", contó Alcazar a la AFP.
Dully Fernández, publicista de la misma firma, reconoció que por ello "todos los mensajes (de la campaña) hablan de la confidencialidad".
El lunes, el senador demócrata Bob Menéndez llamó a rechazar "la política del miedo" y explicó que la participación en el censo determina la distribución de recursos fundamentales para escuelas, reparación de carreteras, tránsito, salud pública y subsidios.
"Sé que algunas familias inmigrantes aún dudan en participar en este conteo realizado por el gobierno federal", agregó Menéndez. "Pero no podemos permitirnos que nos quiten nuestro asiento en la mesa".