Régimen islámico en Irán está culturalmente muerto:escritora Sahar Delijani
Para la escritora Sahar Delijani, autora revelación del alabado "A la sombra del árbol violeta", la revolución islámica iraní ha fracasado desde el punto de vista social y cultural, y la progresiva apertura del país al mundo puede desembocar también en un cambio político.
"El régimen islámico está ya terminado, acabó desde el punto de vista cultural y social. Solamente falta llegar al mismo lugar políticamente", dice en español en una entrevista con AFP la narradora iraní, de visita en Colombia para asistir a la Feria Internacional del Libro de Bogotá.
Para la escritora, de pelo azabache y penetrante mirada, la "fuerte propaganda" de "principios islámicos y moralistas" que se inculcaba en las escuelas iraníes fracasó en su misión.
"Los jóvenes iraníes son exactamente lo contrario de lo que el régimen quería". Delijani los describe como instruidos, cultos y dinámicos. "Con esta juventud, es casi imposible que las cosas no vayan a cambiar", asegura.
Sahar Delijani (Teherán, 1983) nació en la cárcel de Evin, donde sus padres fueron apresados tras la revolución iraní que derrocó al régimen del sha. "Evin ha sido siempre una parte muy importante en el léxico de mi familia. Era casi como decir 'casa' o 'escuela', siempre estaba presente. Para mí, Evin -es muy irónico y triste- tiene un lado íntimo casi".
La vida de sus padres es "la historia de los revolucionarios que se transforman en perseguidos", define. De opositores al sha, pasaron a ser opositores al régimen islámico instaurado por el Ayatolá Jomeini. "El hecho de que fueran arrestados, que mi tío fuera ejecutado en 1988, cambió para siempre la vida de mi familia".
Basada en su historia, "A la sombra del árbol violeta" retrata el impacto de la revolución iraní y el lado humano de aquellos que lucharon en la época inicial, más represiva, del régimen islámico, en la década de los ochenta.
Ha sido traducido a 28 idiomas en 70 países, y Delijani es considerada la escritora revelación en la Feria de Fráncfort. El texto no ha sido aún publicado en Irán.
- REFORMAS Y JUSTICIA -
"Ahora se habla mucho más, por lo menos fuera de Irán, de los años ochenta. Pero todavía tengo la impresión de que la gente no quiere hablar de verdad, porque es un asunto difícil. Y también porque todavía tenemos el mismo régimen", explica.
Escribir la novela fue una manera de conocerse a sí misma. "Yo no sabía que estaba tan enojada con el régimen, pensaba que ya había superado esta furia. Tal vez, al escribir estoy madurando", señala.
La posibilidad de un acuerdo con Estados Unidos y otras potencias mundiales sobre el programa nuclear de Teherán es, para la escritora, un ejemplo de la apertura y el optimismo que vive Irán para poner fin a 30 años de aislamiento. No es un éxito de los gobiernos, sino de los ciudadanos iraníes y de su lucha, asegura Delijani.
Aunque existe "frustración" por la lentitud en los cambios, "nadie en Irán quiere otra revolución", afirma. "Los iraníes quieren reformar el régimen, y reforma, por definición, es algo más lento".
Para ella el futuro del país pasa por reconocer el pasado y asegurar justicia: "Es importante saber los nombres de la gente que fue asesinada. Saber quién estaba detrás de todo esto".
"Espero que algún día tengamos un grupo de investigación internacional que abra los archivos del régimen islámico para ver qué pasó de verdad".
- INFLUENCIAS SUDAMERICANAS -
Delijani habla seis idiomas, estudió en Estados Unidos junto a su familia y vive en Italia con su marido. Si bien escribe en inglés, dice que es capaz de encontrar su identidad iraní en la lectura, en la música, en la escritura. "Lo único que sé es que cuando empiezo a contar historias siempre tratan de Irán. Tal vez mi lado iraní es el que quiere contar historias".
Confiesa que el cine y la literatura sudamericana han inspirado su obra, como el Nobel colombiano Gabriel García Márquez. De hecho, comenta, "en Sudamérica hay muchas similitudes con la historia iraní. Por eso creo que en Irán los escritores sudamericanos y españoles son muy amados, casi como si fueran iraníes".
Su segunda novela está en camino. Ahora quiere contar el proceso de la cárcel política a la libertad, "cómo fue para un prisionero político reconstruir su vida desde el principio" tras ser liberado, una vez más de la mano del testimonio de sus padres.
El sueño sería poder presentarla en Teherán. Pero por el momento, duda que ocurra.
"Espero que en algunos años pueda regresar. Tal vez puedo regresar ahora, no lo sé. Ese es el problema fundamental con las dictaduras. No sabes nada. No sabes si puedes o no puedes", sonríe.