Una cámara, una libreta y una llave simbolizan el último adiós a equipo de prensa de Ecuador
Una cámara de fotos, una libreta de apuntes y la llave de un automóvil simbolizaron hoy en Quito el último adiós al equipo de prensa ecuatoriano secuestrado en marzo pasado en la zona fronteriza con Colombia y asesinado en cautiverio.
Compañeros del diario "El Comercio" del periodista Javier Ortega, del fotógrafo Paúl Rivas y el conductor Efraín Segarra colocaron estos objetos convertidos en símbolos de su ausencia cerca del altar en la misa de cuerpo presente que se desarrolló en la iglesia La Dolorosa, en el centro norte de la capital ecuatoriana.
Cientos de personas acompañaron a los familiares del equipo periodístico en las exequias, en las que los ataúdes estaban cubiertos por la bandera de Ecuador y lucían arreglos florales junto a la fotografía de Ortega, Rivas y Segarra.
En el transcurso de la ceremonia, Yadira Aguagallo, novia del fotógrafo Rivas, retomó la frase "nadie se cansa" que se repitió en las manifestaciones callejeras desde que se conoció el secuestro, convertido en el sentir popular de que la sociedad se mantendría vigilante hasta la recuperación de los desaparecidos.
"Nadie se cansa porque la paz es un trabajo de todos los días. Que nadie se canse en la búsqueda de la verdad y la justicia", manifestó Aguagallo antes de agregar que "al miedo se le hace frente con periodismo".
También periodista, la pareja del reportero gráfico agradeció a toda la sociedad ecuatoriana por acompañar a los familiares en la iglesia, que recibía a los asistentes con una gran bandera de Ecuador en el piso sobre la que se leía "Hay esperanza, nadie se cansa" y "Nos faltan tres", frases que también se reprodujeron desde marzo pasado en las concentraciones y vigilias.
Otro cartel, sobre un fondo blanco y un gran corazón rojo, destinado a Rivas cubría el suelo con una emotiva frase: "Sé que desde el cielo nos cuidas, pero acá nos haces mucha falta, te extrañamos". También se leía la leyenda "Nos falta Javier, Paúl y Efraín, por justicia, nadie se cansa".
En la iglesia también se colocaron hojas en las que la gente escribía mensajes de apoyo a los familiares del equipo de prensa asesinado por un grupo disidente de las FARC, liderado por Walter Patricio Arizala Vernaza, alias "Guacho", por el que los gobiernos de Ecuador y Colombia han ofrecido una recompensa millonaria.
Fernando Salvador, un fotógrafo amigo de Paúl Rivas, recordó los difíciles momentos atravesados desde marzo y aseguró que los compañeros seguirán luchando para que se esclarezca el caso, inédito en Ecuador.
"Nuestra intención era que regresen vivos, pero nos los entregaron en una caja y al menos la familia, amigos, y el pueblo tiene un lugar dónde llorarlos", apuntó antes de rescatar, según él, "el legado que nos dejan es que hay que ser nobles, buenos, generosos y sonreírle a la vida".
Ortega, Rivas y Segarra fueron secuestrados el pasado 26 de marzo en la zona de Mataje, en la provincia costera de Esmeraldas, fronteriza con Colombia, donde realizaban trabajos periodísticos sobre el auge de la violencia en la zona.
Poco después, una facción disidente de la exguerrilla de las FARC autodenominada "Frente Oliver Sinisterra" asumió la autoría del secuestro y el 13 de abril el presidente ecuatoriano, Lenín Moreno, confirmó el triple asesinato.
A ese grupo también se le atribuye el secuestro de Katty Velasco Pinargote y Oscar Villacís Gómez, una pareja ecuatoriana que había viajado a Esmeraldas y cuyos parientes asistieron hoy a la homilía en la que se proyectaron fotografías del equipo de prensa en una pantalla.
Ana Velasco, hermana de Katty, señaló que las autoridades no les han dado ninguna respuesta, "absolutamente nada", dijo, sobre el paradero de sus seres queridos.
"A nosotros lo que nos ha movido es el dolor porque ellos también están sufriendo lo mismo que nosotros. Ellos encontraros los cuerpos, pero nosotros no sabemos nada y ya se cumplen tres meses y no hay ninguna clase de noticia", lamentó.