Tiran abajo la mansión de Pablo Escobar en Miami

Demuelen la mansión de Pablo Escobar en Miami Beach
Demuelen la mansión de Pablo Escobar en Miami Beach / EFE
Redacción de TVN Noticias
19 de enero 2016 - 18:13

El nuevo propietario de la antigua mansión en Miami Beach que perteneciera al narcotraficante colombiano Pablo Escobar, quien murió hace 22 años en un operativo policial, inició este martes la demolición de la casa para dar paso a una edificación más moderna.

Pero antes de desmantelar el inmueble, el fundador y gerente general de Chicken Kitchen, Christian de Berdouare, y su esposa, quienes adquirieron la vivienda en 2014, han emprendido la tarea de tumbar los tabiques, cavar hoyos y levantar partes en busca de algún depósito de dinero, por lo que personas armadas con picos, mazos, detectores de metales y un radar ultrasensible rastrearon la antigua mansión.

De Berdouare, quien compró la casa por 10 millones de dólares, señaló a varios medios que "mucha gente en Colombia sabía que todos los traficantes de drogas solían esconder mucho dinero en sus casas para su uso personal".

"Podría ser un cadáver, dado lo que sabemos, o puede ser dinero o tal vez oro o diamantes", expresó.

La esposa del empresario, la periodista de televisión Jennifer Valoppi, ha decidido tomar una serie de medidas antes de iniciar la demolición de la casa, dada su historia de delincuencia y lo que puede haber sucedido en su interior.

Por ejemplo, Valoppi, lo primero que hizo al firmar los documentos de compra fue pedir a un sacerdote que bendijera la propiedad. "Estaba un poco preocupada de lo que pudiera haber sucedido en la casa en esos días", explicó.

Hasta el momento solo se ha encontrado un paquete en un cajón de la cocina. Sin embargo, forenses de la policía de Miami Beach examinaron el objeto sospechoso y determinaron que no era ni cocaína ni extasis.

El matrimonio no descarta la posibilidad de encontrarse con una sorpresa en la mansión que fue confiscada por las autoridades estadounidenses a finales de la década de 1980 y, posteriormente, abandonada por su propietario anterior.

La casa se encuentra en una finca de casi 700 metros cuadrados en North Bay Road, pero sus desconchadas paredes en rosa pastel y su piscina abandonada no reflejan la vida de excesos del gran magnate de la droga de los años 80.

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