¿Por qué aparecen cocodrilos y caimanes en zonas urbanas? Biólogo explica
Panamá/En los últimos años, los videos de cocodrilos y caimanes en zonas urbanas se han vuelto virales en redes sociales, generando alarma entre los ciudadanos. Pero, ¿estamos realmente ante una sobrepoblación de estos reptiles? El biólogo John Cleghorn, especialista y fundador de la organización Panamá Reptiles, aclara esta y otras dudas en una entrevista que busca informar y desmitificar el tema.
“No hay una sobrepoblación de cocodrilos o caimanes. Lo que sí existe es una sobreexposición en redes sociales”, asegura Cleghorn.
El experto explica que estos animales siempre han habitado en zonas como Costa del Este, Santa María, Juan Díaz, Don Bosco y Las Acacias, áreas que originalmente eran manglares y hábitats naturales de estas especies. La diferencia es que ahora, gracias a los celulares y el acceso a redes sociales, cualquier avistamiento se publica de inmediato, generando la percepción de que hay más reptiles que antes.
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Además, la urbanización acelerada ha generado pérdida de hábitats, provocando conflictos entre humanos y animales. “Estamos ocupando espacios donde ellos ya vivían”, recalca Cleghorn.
Dos especies
En el país existen dos especies principales: el cocodrilo americano (Crocodylus acutus) y el caimán o babillo (Caiman crocodilus). El primero puede alcanzar más de 5 metros de largo y habita tanto en agua dulce como salada, mientras que el segundo es más pequeño (alrededor de 1.80 metros de largo), solo vive en agua dulce y es mucho más común en áreas residenciales.
“El 90% de los avistamientos en redes sociales corresponden a caimanes, que son tranquilos y no representan un peligro para las personas”, señala Cleghorn. Sin embargo, recomienda precaución con mascotas como perros y gatos, que sí pueden ser presa para estos animales.
¿Son peligrosos? ¿Qué hacer si ves uno?
El biólogo aclara que en Panamá sí ha habido muertes relacionadas con cocodrilos, pero no por depredación (es decir, no se han comido a personas), sino por ahogamiento tras encuentros fortuitos. En general, los caimanes y cocodrilos no atacan a humanos a menos que se vean amenazados, especialmente si son hembras cuidando nidos.
También advierte sobre una práctica preocupante: algunas personas alimentan a estos animales. “Hay quienes llegan con bolsas de pollo a darles comida. Eso es gravísimo. Los animales pierden el miedo y se acostumbran a ver al ser humano como fuente de alimento”, explica.
En caso de ver uno de estos animales cerca de casa, no se recomienda moverlo inmediatamente. Son territoriales, y al sacar a uno, otro ocupará su lugar. “Lo ideal es señalizar las áreas, mantener la distancia y alertar a las autoridades competentes, como el Ministerio de Ambiente o la Policía Ambiental”, sugiere.
¿Qué se necesita?
Para Cleghorn, lo urgente es educación y señalización. “En zonas como Pedro Miguel ya hay letreros que indican la presencia de cocodrilos. Eso ayuda a prevenir accidentes. Pero la mayoría de las áreas en conflicto no están adecuadamente marcadas”.
Por último, el experto hace un llamado a la convivencia consciente. “Estos animales no son invasores, están en su hábitat. Nosotros somos los que hemos llegado a ocuparlo. La clave es entenderlos y actuar con responsabilidad”.