Panamá necesita más donantes de órganos, afirma director del Laboratorio de Trasplante
Para Vernaza, la solución no está en más campañas, sino en cambiar la ley: “La ley de trasplantes de 2010 ya no responde a las necesidades actuales. Llevamos tres años impulsando su reforma".
Ciudad de Panamá/Este 17 de noviembre se conmemora el Día Nacional de la Donación de Órganos, fecha que recuerda el primer trasplante realizado en Panamá con un donante fallecido, en 1998. A 27 años de ese hito, el Dr. Alejandro Vernaza, director del Laboratorio de Trasplante de la Ciudad de la Salud, advierte que, pese a los avances, aún falta una verdadera cultura de donación en el país.
“Todavía en la República de Panamá falta lo que se denomina la cultura de la donación. Es necesario que la población comprenda que la necesidad de órganos frente a enfermedades no es exclusiva de un panameño. Todos podemos estar sujetos a la necesidad de un trasplante de riñón, hígado, corazón, médula ósea —y en el futuro, de pulmón y páncreas. Debe existir un espíritu de donación para ayudar a otros, porque ninguno estará exento en el futuro de tener esa necesidad", expresó el Dr. Vernaza.
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¿Cuántos trasplantes se han logrado desde 1998?
Desde entonces, se han realizado 1.056 trasplantes renales en Panamá —tanto de donante vivo como fallecido—, beneficiando a más de mil panameños. De ellos, 783 provienen de donantes fallecidos, lo que representa la mayor tasa de donación nacional. Los trasplantes de donante vivo suman aproximadamente 370.
El programa de trasplantes es una iniciativa completamente integrada entre la Caja del Seguro Social y el Ministerio de Salud —sin distinciones en la selección de donantes o receptores—. Pero el mayor obstáculo no es técnico: es cultural.”
Donación se pierde en la familia
A pesar de que muchos panameños marcan su voluntad de donar al obtener su licencia de conducir, esa decisión no siempre se comunica a la familia. Y cuando ocurre una muerte cerebral, los médicos deben pedir permiso a los allegados —una etapa donde, muchas veces, la negativa se impone por el dolor, la ignorancia o la falta de claridad previa.
“Muchas personas expresan su decisión de querer ser donantes, pero muchas veces no la expresan. Entonces hay que pedirle a los familiares del fallecido: ‘¿quieren donar?’. Es allí donde está la disminución”.
El Dr. Vernaza pone un ejemplo contundente: “Mi licencia dice que soy donante. Mi hijo me preguntó: ‘¿Y qué es lo que vas a donar si tú no ves el hígado?’”. Y él responde: “Si me pasa algo, agarren lo que sirva y que funcione. Ese es el aspecto importante”.
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Para Vernaza, la solución no está en más campañas, sino en cambiar la ley. “La ley de trasplantes de 2010 ya no responde a las necesidades actuales. Llevamos tres años impulsando su reforma, y en esta administración debe haber interés real para avanzar. La voluntad del donante debe ser irrevocable: si lo expresó en vida, no debe requerirse autorización familiar”.
Actualmente, el trasplante renal sigue siendo el más demandado y el más realizado. Pero también se realizan trasplantes de células progenitoras hematopoyéticas —médula ósea— para pacientes con leucemias u otras enfermedades sanguíneas, servicios que se brindan en todos los hospitales del Sistema Integrado de Salud.
“La donación no es un acto de muerte, es un acto de vida. No se trata de quitar órganos, sino de regalar segundos de vida a quienes los necesitan”, indicó Vernaza.
El mensaje del Dr. Vernaza es claro: cada panameño debe hablar con su familia sobre su decisión de donar. No basta con marcar una casilla en una licencia. La donación se construye en el hogar, en el diálogo, en la responsabilidad compartida.
“Tenemos que ser donantes. Tenemos que ayudar al prójimo. Debemos desarrollar ese gran sentido de solidaridad humana que emerge de nuestro espíritu y que salva vidas.”