"Princesa" pintada a mano destaca entre nominados al Oscar
La princesa ríe y flota en bosquejos Sumi-e en tonos pastel claro, un frondoso paisaje que el director de cintas animadas Isao Takahata ha representado meticulosamente para transmitir su dulce mensaje de fe en este mundo.
Pero su película nominada al Oscar resalta como un reto estilístico a los dibujos animados por computadora de Hollywood, donde dominan el 3D y otras finuras digitales. Takahata dice esos términos con algo de sarcasmo.
El cofundador de 79 años del prestigioso Studio Ghibli japonés prefirió más bien un estilo dibujado a mano.
Los artistas del grabado en madera del periodo Edo como Hokusai entendieron la perspectiva del estilo occidental y el uso de la luz, pero optaron por representar la realidad con líneas y de un modo muy plano, con un mínimo de sombras, y ese es el fondo del "manga" o cómic japonés, dijo Takahata.
"Queremos fusionar los estilos, el japonés y el occidental. Expresar cosas con una pincelada de una línea es la tradición japonesa, pero lo hacemos con un entendimiento adecuado de la dimensión".
"Se trata de la esencia detrás del dibujo", añadió. "Queremos expresar la realidad sin una representación demasiado realista, y eso es atractivo para la imaginación humana".
"El cuento de la princesa Kaguya" se basa en un relato del folklore japonés sobre un talador envejecido y su esposa, quienes encuentran una niña en un tallo de bambú brillando en la oscuridad. La niña crece y se convierte en una hermosa princesa, cortejada por samuráis ricos, la mayoría mentirosos pervertidos.
Es un relato sobre el paso a la adultez, con un tono casi feminista. La princesa Kaguya se mantiene firme contra las insinuaciones masculinas.
Tiene un giro sobrenatural, un final que es parte del original. Termina siendo una extraterrestre y regresa a la luna, un símbolo de muerte, en un dosel flotando sobre nubes, rodeada de ángeles.
"Todas esas son interpretaciones correctas", dice Takahata feliz cuando se le pregunta sobre los significados de su trabajo.
Takahata tiene una debilidad por los temas feministas. Sus trabajos pasados en han enfocado en personajes femeninos adorables y fuertes, incluyendo la serie de TV japonesa de los años 70 "Heidi, la niña de los Alpes", basada en el libro de la autora suiza Johanna Spyri.