Solución al déficit del IVM no debe esperar a próximo gobierno
El ex asesor de la Caja de Seguro Social, Carlos Abadía reiteró hoy en Noticias AM que no se debe esperar al próximo gobierno para frenar el déficit actuarial del Programa de Invalidez, Vejez y Muerte de la Caja de Seguro Social.
"Son diez años para que termine en cero, no quiere decir, que tenemos que esperar diez años", afirmó ante el anuncio del director general de la CSS, Estivenson Girón, quien dijo que a partir de 2024, el programa de Invalidez, Vejez y Muerte podría quedarse sin fondos.
Abadía ha venido sugiriendo cuatro medidas o la combinación de tres de ellas para evitar que siga aumentando el déficit actual del IVM: aumentos en la edad de jubilación, de la cuota, de la densidad de cuota y subsidio.
"Yo sí creo que hay que tomar medidas inmediatamente, porque mientras más temprano, menos traumáticas", declaró.
El ex asesor de la CSS sugiere para, matizar el golpe en los cotizantes y "porque no todos tenemos capacidad para tener estabilidad toda la vida", hacer estos ajustes de forma escalonada; al que le faltan tres años ( para jubilarse) no los toca, e ir aumentando poquito a poquito.
Sugiere no pensar en esa medida como un costo político, sino del país.
La actual ley fija la edad de jubilación en 62 años para los hombres y 57 en las mujeres, según la última reforma a la Ley Orgánica de la Caja de Seguro Social aprobada por el Gobierno del expresidente Martín Torrijos en 2006.
Abadía observó que la expectativa de vida de la mujer al jubilarse es de 25 años y en el hombre, 20 años.
Abadía cree que la mayor oposición vendrá de los trabajadores, pero se le hace la observación que son los empleadores quienes no quieren a personas con más de 50 años de edad. Era muy evidente que en las ofertas de empleo, algunas empresas exigían una edad máxima de 31 años a los aspirantes.
Eso es discriminatorio, reconoció Abadía en su conversación con TVN-2.com, pero luego señaló que incluso hay empresas que no quieren contratar a mujeres de menos de 35 años porque están en la edad reproductiva.
En ambos casos, puntualizó Abadía, hay discriminación.
En la actualidad, la Caja de Seguro Social tiene un millón 106 mil cotizantes, de los cuales, 770 mil son del viejo sistema, un millón 800 mil beneficiarios y 230 mil jubilados y estos van aumentando, y eslo que sucede para el año 2024, especificó Abadía.
Los jubilados se quejan que les siguen descontando seguro social. Sin embargo, Abadía aclara que ese descuento es del 6.5 por ciento para tener derecho a servicios de salud, pero no va al programa de Invalidez, Vejez y Muerte.
120 A LOS 60
En la economía, hay 400 mil trabajadores informales que no pagan seguro y están trabajando, son potenciales clientes, afirmó Abadía.
Pero Abadía no está de acuerdo con el programa 120 a los 65, que da un subsidio a personas de más de 65 años de edad que no reciben ingreso económico alguno ni pensiones, ya que considera que es un competidor con la Caja de Seguro Social.
Abadía considera que ese subsidio debería tener un tope, hasta tal año.
A FAVOR DE QUE JUBILADOS SIGAN TRABAJANDO
No es inmoral ni ilegal que una persona jubilada siga trabajando, además que con ello, no está desplazando a otras personas jóvenes de la posibilidad de trabajar, en opinión de Abadía.
"Eso no retiene plazas de trabajo. Las plazas de trabajo las da el crecimiento económico del país", afirmó.
Durante el gobierno del expresidente Ernesto Pérez Balladares, se aprobó una ley que dictaminaba que "todo funcionario público que cumpla 75 años de edad debe dejar el cargo.
La Ley 61 de 1998 fue conocida como la "Ley Faúndes", porque su propósito fue sacar al magistrado José Manuel Faúndes.
La ley Faúndes se derogó, dijo Abadía y recordó que en noviembre de 2008, la Corte Suprema de Justicia en una resolución dijo que toda persona jubilada podrá seguir trabajando.
Abadía, quien dijo que ahora que está jubilado trabaja más, afirmó que la persona jubilada que trabaje recibe dos ingresos, uno es el sueldo del trabajo y el otro su pensión de vejez, son dos derechos que deben ser respetados.
Si la persona se siente bien a pesar de su edad, para seguir trabajando, deben respetarle ese derecho, afirmó Abadía.
Indicó que Brasil está contratando a jubilados , con lo se envía un mensaje diferente al resto de los países.
En 2011 había en Panamá 25 mil jubilados trabajando y en 2012, la cifra aumentó a 31 mil.