Especial: Las idas y vueltas de 'Magic' Johnson

La segunda vuelta de 'Magic' duró apenas 105 días pese a que se produjo con bombos, platillos

Especial: Las idas y vueltas de 'Magic' Johnson
Efe
18 2020 - 13:28

Segundas partes no son buenas, aunque la que llegó a su fin el 14 de mayo de 1996, es decir hoy hace 24 años y 4 días, fue la tercera y definitiva de Earvin 'Magic' Johnson.

Estaba a exactos tres meses de cumplir 40 años y el legendario base de Los Ángeles Lakers aún no digería la espantosa eliminación, 12 días atrás en los 'play offs', a manos de los campeones de la temporada anterior, los Rockets de Houston, que guiados por Hakeem Olajuwon barrieron por 4-0.

La segunda vuelta de 'Magic' duró apenas 105 días pese a que se produjo con bombos, platillos y mucha expectación.

Pero comenzó mal pues la noticia fue dada a la prensa el 30 de enero por el agente del jugador y no por la franquicia de la Bahía.

En el vestuario no hubo luna de miel y al cabo de 32 partidos de temporada regular y 4 de liguilla final el de Michigan sintió que era una suerte de bicho extraño en un nido de pichones inexpertos.

Poca gloria para un gigante de 2,06 metros que cuatro años antes lucía desde lo más alto del podio la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Barcelona'92 y que poco después consumaba su despedida en el 'All-Star Game' de ese año jugado en Orlando.

El 7 de noviembre de 1991 el 32 de Los Ángeles Lakers conmocionó el mundo del deporte al anunciar que estaba infectado por el virus del sida, motivo que le empujaba a dejar el baloncesto.

No obstante, el público votó al jugador, que por entonces tenía 32 años y ya había iniciado el tratamiento médico, para jugar el 9 de febrero de 1992 en el parque del Orlando Arena la edición 42 del 'All-Star'.

El hombre que lideró con Larry Bird la revolución en la NBA jugó 29 minutos, anotó 25 puntos y dio nueve asistencias, suficiente para ser proclamado el jugador más valioso del partido que ganó el Oeste al Este por 153-113.

A pesar de la oposición de algunos jugadores como Karl Malone y Mark Price, otros aplaudieron, como Tim Hardaway, que renunció a su segundo lugar en el cinco inicial en beneficio de 'Magic'.

Así, entre extremos, el tradicional juego de estrellas se convirtió en el mejor escenario para debatir sobre la enfermedad, un riesgo muy calculado por el mandamás David Stern, que previamente se asesoró con médicos expertos.

Esa noche, a falta de 14 segundos parar el fin, el partido se detuvo para ofrecer un reconocimiento al jugador que obtuvo cinco títulos de la NBA en su carrera. Hubo apretones de manos y hasta abrazos espontáneos.

Pero no fue la última noche de gala inolvidable. Luego vendrían otras con la selección, inmortalizada como el 'Dream Team' que se colgó el oro en Juegos Olímpicos de Barcelona.

En medio del idilio con el público, se retiró la temporada siguiente hasta cuando el deseo y la nostalgia pudieron más y se anunció la vuelta casi cuatro años más tarde.

Dentro o fuera del parqué, su actividad estuvo dirigida a promover campañas de prevención del sida y a recaudar fondos para neutralizar sus efectos.

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