Larkin, dispuesto a dejar huellas en Brasil

Larkin, dispuesto a dejar huellas en Brasil
Larkin, dispuesto a dejar huellas en Brasil
Ap
18 de noviembre 2012 - 14:51

Barry Larkin decidió viajar a Brasil hace tres años para conocer el desarrollo del béisbol en un país amante del fútbol y cuando llegó se topó con una sorpresa: jóvenes talentosos que respetan el deporte y con mucha disciplina impregnada por la escuela japonesa. "Me dije, "quiero ver el país" y cuando uno llega allí y tiene la oportunidad de ver a los peloteros, uno se sorprende, hay talento", señaló en una entrevista con The Associated Press previo al partido que Brasil le ganó el sábado a Colombia 7-1 para avanzar a la disputa del boleto al Clásico Mundial de béisbol del 2013. "Quiero trabajar con ellos", se dijo. El ex torpedero de los Rojos de Cincinnati y miembro del Salón de la Fama está cosechando frutos luego de tres años de trabajar con los jóvenes brasileños en el desarrollo del béisbol y respaldado por las Grandes Ligas. El estuvo antes en esa misma misión de formar a peloteros en Italia y otros países. La guía de Larkin ha sido clave en un equipo que no exhibe jugadores de renombre y que sólo tiene a uno —el receptor Yan Gomes— como integrante actualmente de un club de Grandes Ligas. Además, es una selección bien concentrada, disciplinada, que se sacrifica por igual y está haciendo las pequeñas cosas del béisbol necesarias para ganar partidos. Exhibe asimismo uno de los cuerpos de lanzadores más dominantes en lo que va del torneo en Panamá. "Están jugando con mente muy clara, están pensando en equipo", dijo Larkin, elevado al Salón de la Fama del béisbol en el 2012. "Una cosa que me gusta de la influencia de Japón en el béisbol de Brasil es la disciplina de los jugadores, mucho respeto por el juego y por los peloteros". El béisbol es un deporte pequeño en Brasil y sólo se juega en algunas ciudades, como Sao Paulo, Curitiba, Marilia, Aracatuba. Pero el gigante del fútbol mundial finalmente ya tiene a un pelotero en las mayores y en Panamá está a las puertas de acceder al Clásico Mundial, tras haber superado de forma convincente a la selección anfitriona 3-2 y luego a una Colombia que venía de propinarle una paliza a Nicaragua. Brasil se las verá el lunes en la disputa del pasaje contra el ganador del partido del domingo entre Colombia y Panamá. "Brasil es un equipo sin estrellas, pero está jugando como equipo", dijo el manager de Colombia, el ex pelotero de Grandes Ligas Eduardo Pérez. "No hay héroes; cada día es distinto, ellos se sacrifican con los toques, han ejecutado todas las jugadas a la perfección en este torneo". "¿Quién esperaba que Brasil iba a estar 2-0 en este momento?", se preguntó el ahora coach de banca de los Astros de Houston. "Hay que darle mucho crédito a Barry Larkin y al staff que han podido identificar a sus jugadores en un periodo bastante corto". Larkin inspira respeto y admiración entre los brasileños. "Es un "Salón de la Fama"", expresó a la AP el receptor Gomes, quien fue transferido recientemente de los Azulejos de Toronto a los Indios de Cleveland. "Nos muestra otro estilo de juego, aparte de la influencia que tenemos de los beisbolistas japoneses". Larkin habla y anima mucho a los brasileños, utilizando lo que sabe de portugués y español. El armó un cuerpo de lanzadores que le ha dado resultados, con el derecho Andre Rienzo a la cabeza. Rienzo juega en las menores de los Medias Blancas de Chicago y podría seguir muy pronto los pasos de su compatriota Gomes. Además, se suman los buenos brazos de Carlos Yoshimura y Murilo Gouvea, quien hizo un relevo dominante contra Panamá. El jardinero Paulo Orlando, del equipo de las menores de los Reales de Kansas City, también ha dejado una buena impresión. Larkin le ha puesto alma y corazón a este corto torneo porque sabe que le puede rendir muchos frutos a los brasileños. "Es muy importante para el futuro del béisbol en Brasil", manifestó el ex torpedero, de 48 años y que jugó 18 temporadas con los Rojos, entre 1986-2004. "Si jugamos bien aquí, si podemos ganar, al país lo van a mirar en el mundo, además, va a crecer el interés por este deporte entre los jóvenes". Larkin es del parecer que en Brasil cualquier deportista con habilidades en el fútbol puede intentar hacer una transición al béisbol. "En mi opinión si pueden mover sus pies y pegarle a la pelota, también pueden hacer muchas otras cosas", señaló. Después del torneo en Panamá, Larkin regresará a casa en Miami, donde su hijo es jugador de basquetbol en una universidad de esa ciudad estadounidense. Pero fue claro, seguirá en el béisbol. "Es mi vida, es lo que me gusta y quiero seguir ayudando a los jóvenes", enfatizó Larkin, quien también tiene un buen sentido del humor. Antes de enfrentar el jueves a Panamá dijo en broma que hablaría con su ex compañero en Cincinnati, el manager de los anfitriones Roberto Kelly, para que le diera detalles del equipo panameño. Aseguró que le hacía feliz el hecho de que Mariano Rivera, el estelar taponero de los Yanquis de Nueva York, no estuviese con la selección panameña.

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