Dzyuba, el alma de la 'Sbornaia' rusa

Se ganó su titularidad en el Mundial

Dzyuba, el alma de la 'Sbornaia' rusa
Dzyuba, el alma de la 'Sbornaia' rusa / Getty Images
Afp
30 de junio 2018 - 08:14

Artem Dzyuba, que comenzó el Mundial de suplente, se ha ganado a pulso liderar el ataque ruso el domingo contra España en los octavos de final del campeonato, en un reflejo de lo que le ocurrió esta temporada.

Enero de 2018. Suplente en el Zenit de San Petersburgo, Dzyuba sólo jugó a ratos con el club cuatro veces campeón de Rusia. En conflicto con Roberto Mancini, aceptó una cesión al Arsenal Tula, que pugnaba por la permanencia, para tener minutos y un sitio en la selección.

El Zenit incluía una cláusula en la cesión: Tola debería pagar 120.000 euros para poder alinear a Dzyuba en la liga frente al Zenit, una cantidad que el club se resistió a pagar y que el propio Dzyuba abonó de su bolsillo para acabar marcando en el empate 3-3 en al minuto 88.

Artem Dzyuba es así: su carrera, hecha de altibajos, parece guiada por un constante deseo de revancha. "Es un hombre muy particular, apasionado, extremo", dice a la AFP el comentarista Igor Rabiner.

"Tiene que creer sin límites en su entrenador, su equipo y entonces, puede levantar montañas. Pero si siente que el técnico no confía, que hay una injusticia, puede bajar los brazos y no marcar nada", añadió este excelente conocedor del fútbol ruso.

Mensaje con bigote

Con Stanislav Cherchesov, de hecho, las relaciones no siempre han sido las mejores. Descartado de la selección en octubre de 2016 tras una derrota en un amistoso contra Costa Rica, en el que, sin embargo, había marcado dos goles, el delantero de 1,96 metros no jugó la Copa Confederaciones 2017.

Al día siguiente de la derrota contra México, que eliminó a la 'Sbornaia', Dzyuba subió una foto a Instagram con su compañero de entonces Alexander Kokorin con un bigote postizo para burlarse del seleccionador ruso.

Cherchesov tardó prácticamente un año en volver a convocar a Dzyuba. Tras haberlo ignorado en todos los partidos amistosos de la temporada, el seleccionador lo incluyó en mayo en su lista ampliada de 28 jugadores con vistas al Mundial, lo que ya es un logro para este hijo de un policía y de una vendedora, nacido en Moscú en agosto de 1988.

"Hace un año, la participación de Dzyuba en la Copa del Mundo parecía imposible", recuerda Igor Rabiner. Mientras tanto, aceptó una rebaja de su salario para ir al Tula, donde marcó seis goles en diez partidos, e hizo de tripas corazón para reconciliarse con Cherchesov.

Saludo militar

En cuanto volvió a la selección, el jugador, formado en el Spartak de Moscú, se puso en primera línea para defender a la "Sbornaia", a la que los aficionados no veían con muchas posibilidades. "El torneo todavía no ha empezado y ya os comportáis agresivamente con nosotros. ¡Acabemos el torneo y luego sacáis las conclusiones!", decía unos días antes del inicio del campeonato.

Sobre el campo, Dzyuba no ha tardado mucho en dar las gracias a su entrenador. En el partido inaugural contra Arabia Saudí (5-0), su remate de cabeza selló la victoria rusa, poniendo el 3-0, solo un minuto después de entrar al terreno.

Siguió una celebración enrabietada durante la cual se fue hacia el banquillo ruso, donde Cherchesov lo recibió con un saludo militar. Y tras un segundo gol frente a Egipto en el siguiente partido, Dzyuba le devolvió el saludo militar y probó que es hábil con la pelota en los pies.

"Esos dos goles, eran sensaciones y emociones incontrolables. No hay nada que reprochar sobre eso. Significan mucho para mí porque he hecho un trayecto largo y difícil para volver a la selección", explicó en un 'chat' con aficionados de la "Sbornaia" el autor de 13 goles en 26 partidos con la selección rusa.

Y Artem Dzyuba, al que le gusta recordar que "el fútbol es ante todo una emoción", no se ha venido abajo por la dura derrota ante Uruguayo: "Eso sólo nos va a hacer más terribles".

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