Se apagó la vida de Miguel Calero
El exfutbolista colombiano Miguel Calero, uno de los porteros más destacados del fútbol mexicano en lo que va de siglo, falleció hoy después de sufrir dos episodios de trombosis cerebral y poco más de doce horas después de haber sido declarada su muerte cerebral, anunció el club Pachuca. "Tras haber sufrido dos episodios de trombosis que derivaron este lunes en una muerte cerebral, la tarde de este martes 4 de diciembre de 2012 nuestro Director Técnico de Porteros, Miguel Ángel Calero Rodríguez, ha fallecido", anuncia el comunicado del Pachuca. El club afirma en su comunicado que el exfutbolista colombiano fue "el máximo símbolo de los Tuzos". "Miguel Calero fue un futbolista que marcó una gran época en la historia del Club Pachuca", añade la nota. Calero sufrió una trombosis el 25 de noviembre y aunque en un principio los doctores insistieron en que su vida no corría peligro, su estado se agravó el jueves cuando los médicos decidieron retirarle los sedantes. Los médicos anunciaron ayer su muerte cerebral. Los funerales del exportero de la selección colombiana, con la que ganó la Copa América del 2001, se cumplirán desde hoy en el Auditorio Gota de Plata, en Pachuca, centro de México. De 41 años, que cumplió el 14 de abril, Calero fue el líder de los Tuzos de Pachuca, el equipo mexicano de mejores resultados en los últimos 15 años. Desde su llegada al país, en el 2000, destacó por su gran desempeño y entre sus principales triunfos estuvo la conquista de la Copa Sudamericana del 2006, cuatro títulos de liga y tres de la Concacaf. Con gran personalidad, elástico y con un físico imponente, Calero marcó una época en los Tuzos porque además de ser insustituible en su posición, fue líder de la plantilla y una suerte de técnico dentro de la cancha. Una de sus partidos más memorables ocurrió en agosto del 2006 cuando abandonó su portería, avanzó hasta el área adversaria y anotó un gol de cabeza con el que su equipo accedió a la final de la Liga, que posteriormente ganó al San Luis. Fuera de la cancha, el jugador nacido en Ginebra, en el departamento del Valle del Cauca, cuya capital es Cali, fue uno de los preferidos de la hinchada de los Tuzos y un referente para cada extranjero que se incorporaba al club, al cual solía cobijar, enseñar las costumbres de México, y les daba consejos sobre cómo acomodarse mejor.