Argentina-Uruguay se la juegan para ir al mundial
Si un Argentina-Brasil es el partido más importante del fútbol mundial en cuanto a selecciones, el "clásico del Río de la Plata" es el enfrentamiento más repetido de la historia -108 años de enconada rivalidad, ahí es nada-, un duelo entre enemigos íntimos que trasciende la frontera de los meramente balompédico. Dos selecciones que, no se olvide, disputaron la primera final en aquella Copa del Mundo de 1930 y han protagonizado varios partidos plasmados con letras de oro en el libro del fútbol universal. Y, sin embargo, nunca han vivido una cita similar... Así es. Argentina y Uruguay nunca se han jugado una plaza en un Mundial en un cara a cara de 90 minutos. Dramatismo atemperado por el otro encuentro trascendente de la última fecha de las eliminatorias sudamericanas, el que se jugará en Santiago entre Chile y Ecuador. Un triunfo chileno e incluso un empate dejarían a los ecuatorianos fuera de la cita sudafricana, así que las radios echarán humo en el Centenario de Montevideo. En el mejor de los casos -y hablamos desde la perspectiva celeste y albiceleste-, los hombres del argentino Bielsa pueden aliviar la pena del que salga derrotado: una repesca frente a Honduras o Costa Rica, un mal menor comparado con el fantasmagórico panorama de ambas escuadras hace apenas un suspiro, cuando Uruguay perdía 1-0 en Quito y Argentina empataba a uno con Perú a expensas de los minutos de prolongación. El cogollo del asunto pasa por un triunfo, aunque sea pasajero, de la Tricolor en Santiago de Chile. Ahí sí que se desataría la madre de todas las batallas, toda vez que a Argentina le basta con empatar para asegurar su plaza mundialista mientras que Uruguay tendría que recurrir al talento de su pareja atacante y el aliento de sus más de 55.000 incondicionales -algo más de 4.000 espectadores serán argentinos- para doblegar a Messi y compañía y desplazarles del evento africano. Vamos, que si se impone el guión más enrevesado a más de uno le conviene apagar la tele y ahorrarse una visita al hospital. Y no estamos exagerando. Entre bambalinas hay dos hombres que viven horas cruciales: el seleccionador uruguayo, Óscar Washington Tabárez, y Diego Armando Maradona, su homólogo argentino. Hablar de armas secretas a estas alturas suena a chiste malo. No hay cartas en la manga que valgan, sólo pasión a borbotones, máxima tensión y un sentimiento de responsabilidad que, dicho está en el primer párrafo, supera lo meramente futbolístico. Más dudas en Argentina Por ello, todo indica que Tabárez volverá a confiar en los "héroes" que dieron la vuelta a la tortilla en Quito, aunque Cebolla Rodríguez está recuperado de la lesión que le impidió medirse a Ecuador. Luis Suárez y Diego Forlán ejercerán, una vez más, de líderes celestes. El cogollo del asunto pasa por un triunfo, aunque sea pasajero, de la Tricolor en Santiago de Chile. Ahí sí que se desataría la madre de todas las batallas Más dudas presenta el once argentino, aunque Higuaín retendrá su puesto en la delantera pese al "efecto Palermo" frente a Perú. Verón, sancionado el pasado sábado, retomará su lugar en la medular, mientras que Bolatti (Huracán) y Braña (Estudiantes) se disputan la condición de pareja de baile de Mascherano. Messi, pese a las exacerbadas críticas de un sector de la prensa porteña, es intocable, no así Agüero y Tévez. Y queda la defensa, que se perfila como un compendio de tipos mal encarados muy del gusto de Diego. Otamendi, Schiavi, Demichelis y Heinze llevan la delantera, pero no descarten una sorpresa de última hora. En fin, que la cita no puede ser más atractiva y que bien merece perderse un par de horas de sueño en aras de conocer el desenlace de la épica batalla que nos aguarda. Ah, una última cosa. De los diez "clásicos del Río de la Plata" oficiales disputados en Montevideo, Uruguay ganó siete y empató tres...