El Athletic asalta Balaídos y sigue de fiesta
Desde que se clasificó a la Final de Copa, gana todo
El Athletic todavía saborea la Copa. En Balaídos sumó otra victoria para añadir a su lista después de meterse en la final. Sumando el partido que le ganó al Eibar antes de aquel día, van cuatro. El equipo es otro. U otro era el de toda la temporada.
Los leones no pueden disimular su felicidad. Se nota en el ambiente y en los resultados. Corren hacia la séptima plaza aunque no necesitarían recurrir a ella si son campeones coperos. Esta vez vencieron a un Celta que vuelve a estar de bajón. Las victorias contra Atleti y Deportivo son solo un buen recuerdo.
El partido comenzó sin dueño. Fue sólo al principio, hasta que Aduriz lo gobernó. Se lo comenzó permitiendo Mateu Lahoz, que señaló un penalti que da para discutir. Lo que el árbitro vio como empujón de Augusto a Muniain algunos lo verán como carga legal. El delantero vasco pasó del debate. Fue a lo suyo y marcó desde los once metros. Ahí comenzó la legislatura del 20 en un encuentro que volvió a estar en el aire cuando se él se retiró lesionado, al inicio de la segunda parte.
En el 0-2 el papel de Aduriz volvió a ser transcendental. San José, el otro delantero centro del Athletic, hizo el segundo por la aparición de Aritz, que cabeceó con furia a la cruceta. Mikel se quedó con el rechace. El Celta, en esas, seguía con la cabeza en otra parte mientras el delantero mandaba, bien secundado por Muniain y Beñat. El penalti sacó a los gallegos del partido. Volvieron a él después de relajarse en el descanso.
Antes de irse lesionado en el 55', a Aduriz le dio tiempo a perdonar el tercero al comenzar la segunda parte. El guipuzcoano tuvo que dejarlo por un pinchazo que notaron todos sus compañeros. No le dolió sólo a él. El Athletic se quedó huérfano y el Celta lo aprovechó para lanzarse al cuello del león. Se quedó corto. El gol de Larrivey acabó siendo inútil.
El Athletic aguantó como pudo. Berizzo metió a Santi Mina para mezclar con Orellana y Nolito y comenzaron a aparecer ocasiones hasta debajo de las piedras, muchas tapadas por Iraizoz. El Celta, no obstante, fue incapaz de aprovecharlas para sacar al menos un empate. Al Athletic no le importó acabar defendiéndose con uno menos por la expulsión de San José. La ocasión merecía la pena.