David Beckham, el futbolista y el ícono
La jubilación de David Beckham pondrá fin a una carrera futbolística que fue mucho más allá del deporte, y que convirtió a un adolescente desgarbado del este de Londres en uno de los rostros más conocidos del planeta. Aunque es un jugador muy talentoso, está a una distancia sideral de grandes como Pelé, Diego Maradona y Lionel Messi. Sin embargo, el verdadero genio de Beckham ha sido su comerciabilidad. Guiado por su esposa Victoria Beckham, ex integrante del grupo inglés Spice Girls, se convirtió progresivamente en un ícono de la moda, una marca global y el futbolista mejor pagado del mundo, con una fortuna estimada por la lista de millonarios del diario The Sunday Times de alrededor de 165 millones de libras (250 millones de dólares). "Soy un futbolista que ha jugado en algunos de los equipos más grandes del mundo y con algunos de los mejores jugadores del mundo, bajo algunos de los mejores entrenadores y que ha logrado casi todo en el fútbol", dijo Beckham el jueves tras anunciar que se retiraría del deporte al final de la temporada. Su carrera —la primera mitad de la cual jugó para Manchester United, el club de sus amores desde niño— es digna de uno de los mayores astros del fútbol. Los críticos de su fama, riqueza y atractivo físico pasan por alto un hecho importante: donde quiera que fue, Beckham ganó trofeos. El punto culminante de su década con el Manchester United fue, sin duda, ganar el triplete en 1999. En la final de la Liga de Campeones en Barcelona, ??Beckham reemplazó al capitán suspendido Roy Keane en el medio campo en un juego que terminó de forma dramática: United marcó dos goles en el tiempo de descuento para vencer 2-1 a Bayern Munich. La resistencia, ritmo de trabajo, capacidad para identificar pases y mortales habilidades de tiro libre de Beckham ayudaron a United a conseguir seis títulos de la Liga Premier y dos Copas de la FA. Al unirse al Real Madrid en 2003, Beckham se convirtió en uno de los "Galácticos" en un equipo que también incluía a Zinedine Zidane, Ronaldo, Luis Figo y Roberto Carlos. Sus cuatro años en España redituaron relativamente pocos trofeos importantes. Sin embargo, Beckham logró despedirse con el título de la liga española antes de comenzar su mayor aventura como jugador - y como vehículo lucrativo de comercialización y patrocinios - en Estados Unidos. El equipo del Galaxy de Los Angeles lo fichó en 2007 con un contrato por cinco años, y Beckham se convirtió instantáneamente en la cara del fútbol de Estados Unidos, estableció su residencia en Beverly Hills y pasaba tiempo con amigos como Tom Cruise y Snoop Dogg. Aunque hubo inevitables críticas a su estilo de vida e ingresos, Beckham las contrarrestó ayudando al Galaxy a ganar dos títulos de la MLS. "No creo que alguna vez tenga que demostrar que valió la pena traerlo", dijo el entrenador del Galaxy, Bruce Arena, en noviembre de 2011. "Hizo grandes cosas para esta franquicia y grandes cosas para esta liga". La última parada de Beckham fue una breve estancia en la capital francesa con el equipo de nuevos ricos Paris Saint-Germain, con el que consiguió su último título de liga y se convirtió en el telón final de una carrera futbolística única. Sin embargo, el atractivo de Beckham no es universal. Su éxito y cambiantes cortes de cabello no le gustan a todo el mundo, y ha tenido que enfrentar algunos reveses importantes, tanto dentro como fuera de la cancha. Como todos los jugadores de Inglaterra desde 1966, Beckham no pudo ganar un trofeo con su país. Y a pesar de que será recordado por hacer un récord de 115 apariciones como jugador de campo, y por un impresionante tiro libre contra Grecia en 2001 que puso a su país en la Copa del Mundo del año siguiente, también ha sido una figura odiada. Su tarjeta roja contra Argentina en el Mundial de 1998 desencadenó amenazas de muerte y el ahorcamiento de una efigie de él fuera de un pub en Londres. Sustituido por lesión, Beckham rompió a llorar en el banquillo cuando Inglaterra fue eliminada de los cuartos de final de la Copa del Mundo de 2006 contra Portugal. Al día siguiente, renunció a la capitanía y, posteriormente fue descartado por el nuevo entrenador Steve McClaren. Las acusaciones altamente publicitadas de un romance en 2004 - que Beckham negó - no dañaron su imagen como un hombre de familia. Sin embargo, sigue siendo una figura popular y de gran éxito en el mundo del deporte. Además del fútbol, ??Beckham desempeñó un papel en traer los Juegos Olímpicos a Londres como uno de los embajadores de la propuesta, a pesar de que no fue seleccionado para la selección de Gran Bretaña. El presidente de la FIFA, Joseph Blatter, calificó a Beckham el jueves de ser "una de las figuras más emblemáticas del fútbol mundial" y su retiro como "el final de un capítulo de una historia asombrosa".