Franqueza de Valcke pone en aprietos a la FIFA
El secretario general de la FIFA habla con franqueza y es directo. Al hacerlo, Jerome Valcke puede llevar al límite a la diplomacia internacional del fútbol. Valcke dijo esta semana a una estación de radio de su natal Francia que el Mundial de 2022 en Catar "no se jugará en junio y julio". En cambio, adelantó, se realizará entre el 15 de noviembre y el 15 de enero a más tardar, con lo que estaba repitiendo lo que ya había planteado el presidente de la FIFA Joseph Blatter sobre los problemas de jugar en verano en ese país desértico. Sin embargo, la declaración pareció anticiparse a un proceso de consulta del comité ejecutivo de la FIFA que recién comenzó y es supervisado por el propio Valcke. Esta no es la primera vez que Valcke ha provocado que integrantes del consejo de la FIFA, entre ellos el vicepresidente Michel Platini y en este caso Jim Boyce, se quejen de que rebasa los límites que su puesto le permiten. El gobierno de Brasil seguramente estaría de acuerdo con esa opinión luego de las declaraciones de Valcke en el sentido de que la nación anfitriona del Mundial 2014 no ha cumplido con el calendario de preparativos, que enfureció a los líderes políticos. "Tienen que apresurarse, darse una patada en trasero", fue el mensaje que el antiguo periodista de televisión envió a Brasil a través de la prensa en marzo de 2012. La organización de un Mundial sin problemas es la principal tarea del secretario general de la FIFA, sin embargo, el ministro de Deportes de Brasil apenas puede ocultar el deseo de que Valcke sea removido del comité organizador por lo que consideran una impertinencia, aunque el diagnóstico sea adecuado. Pero el políglota y físicamente imponente Valcke no sólo no fue sancionado o removido sino que es uno de los candidatos fuertes para suceder a Blatter en la presidencia de la FIFA, quizá tan pronto como mayo próximo. Eso significaría un regreso sorprendente. En diciembre de 2006 fue despedido de su puesto como director de mercadotecnia de la FIFA cuando su reputación fue sacudida por una audiencia en la demanda que presentó MasterCard, un patrocinador del Mundial. Su conducta en turbias negociaciones que llevaron a la FIFA a ignorar un contrato que daba los derechos a MasterCard para cederlos a su competencia, Visa, fueron descritos como "lo opuesto al juego limpio". Para cerrar el caso la FIFA tuvo que pagar una compensación superior a 90 millones de dólares en 2007, pero pocos días después Valcke fue recontratado, ahora como secretario general, lo que en los hechos fue un ascenso, de una exitosa organización comercial ligada al deporte más popular del mundo, que tiene ingresos anuales superiores a 1.000 millones de dólares. El jueves, Platini cuestionó la participación pública de Valcke en el tema de la fecha para el Mundial de Catar, que parece dejar al comité ejecutivo de la FIFA en un papel marginal sobre la decisión. El proceso de consulta probablemente durará hasta 2015 y es la nueva misión que Blatter encargó a Valcke. "Necesitamos desplegar diplomacia y sabiduría", dijo Blatter en octubre, cuando anunció la consulta. Con Valcke participando, vale la pena ver lo que sigue.