El Madrid renuncia a la Liga y se centra en Champions

El Madrid renuncia a la Liga y se centra en Champions
El Madrid renuncia a la Liga y se centra en Champions
Redacción
11 de mayo 2014 - 17:42

El Real Madrid se despidió de la Liga sin pena ni gloria. La desconexión del equipo tras la proeza de Múnich ha sido de proporciones bíblicas. El ultimo en aprovecharlo ha sido el Celta, que sacó petróleo de dos errores de dos de los pesos pesados del equipo, Sergio Ramos y Xabi Alonso. Sergio se encargó de desactivar los ataques de un Madrid que, de haber ganado, hubiera llegado con opciones a la última jornada. Pero hace tiempo que en la mente de los blancos sólo existe una palabra: Lisboa, Lisboa, Lisboa. La Champions es el Santo Grial del madridismo, pero a estas alturas resulta imposible no hacer un ejercicio de fútbol ficción. En los tres últimos partidos de Liga, el Madrid ha sumado dos puntos de nueve. Con los siete que restan, sería virtualmente campeón. Pero la historia enseña que, por alguna esotérica razón, el Madrid es capaz de enfocar dos objetivos a la vez. La final de Lisboa acabó con sus aspiraciones ligueras. Si el día 24 sale cruz, la pifia puede adquirir dimensiones monumentales. La capitulación en Liga ha sido cualquier cosa menos gloriosa. El Celta celebró la permanencia y su 90 aniversario con una actuación sólida. Jugó con la soltura del que se sabe con el deber cumplido. No le importó dejarse dominar y buscó morder en las contras. Aunque fueron dos regalos del Madrid los que le abrieron el camino a la victoria. Primero, de Ramos, que se confió en un control ante Charles. Cayó, se la jugó a la falta en ataque de Charles, pero el colegiado no le compró la apuesta. El brasileño se deshizo de Diego López y marcó a placer. El segundo error, más grosero aún, llevó la firma de Xabi Alonso, ubicado como central después de que Khedira y Arbeloa (protagonistas de la única buena noticia de la tarde en el Madrid), dejaran el campo tras una hora de rodaje. El pandemónium táctico dejó al tolosarra en una posición desacostumbrada para él, a la que se añadió una pésima cesión para Diego López. Charles, otra vez el más listo de la clase, no perdonó el 2-0, que declaró el estado de fiesta en las gradas de Balaídos. La fiesta pudo ser mayor si Bermejo no hubiera estrellado en el palo el balón del 3-0. El partido discurría ya por el tiempo de descuento, mientras que el Madrid fantaseaba con Lisboa. Donde lleva desde el 0-4 en Múnich. Texto: MARCA.com

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