Malestar con Arda, por no arriesgar en la Final de Champions

Malestar con Arda, por no arriesgar en la Final de Champions
Malestar con Arda, por no arriesgar en la Final de Champions
Redacción Tvmax
27 de mayo 2014 - 11:42

La semana pasada fue durísima para Arda Turan. Su lesión en el Camp Nou, contusión en la cresta iliaca rezó el parte médico, le impidió disfrutar sobre el césped del título de Liga. Aquel día, el turco se retiró llorando, pero con la sensación, compartida por todos, de que podrían recuperarlo para la gran cita ante el Real Madrid en Lisboa. Quedaban siete días y con un tratamiento adecuado, estaría listo para la final de la Champions. El "10" vio que, en los días siguientes a la gesta ante el Barcelona, su golpe no mejoraba. Llamó, incluso, a un médico de confianza, el galeno del Fenerbahce, con la esperanza de poder llegar a la cita. Los días eran eternos, las recuperaciones intensas, pero se acercaba el día decisivo y no se veía con sensaciones para jugar. Así lo contó MARCA el pasado jueves. Quedaban 48 horas apenas para la cita en Da Luz y Arda no se veía preparado. No sentía estar bien y cada vez veía más complicado saltar al césped. Su idea, en ese momento, era infiltrarse si hacía falta para poder formar en el once de Diego Pablo Simeone. Hasta que el día siguiente, ya en Lisboa, comunicó que no se encontraba preparado para un encuentro de este nivel. Una decisión que sorprendió y que molestó en ciertos sectores del Atlético, que creen que podía haber hecho algo más por estar en el equipo, que el encuentro merecía la pena pese al dolor, innegable, que sentía el futbolista. Un final complicado Cierto es que en el Atlético entienden que no han sido fáciles los últimos meses para Arda. Desde que se lesionó en Barcelona, esta vez en el encuentro de Champions, Arda ha arrastrado una pubalgia que le ha impedido estar al fabuloso nivel del resto del año. ADVERTISEMENT El turco se perdió varios encuentros y, cuando regresó al campo, Simeone optó por dosificarle. Quería que llegara a tono a los últimos duelos, los decisivos, pero el golpe en la cresta iliaca que le propinó Cesc le obligó a llegar tocado al partido más importante en décadas. Pese a que algunos le pidieron que forzara, el turco no se sintió con fuerzas para saltar al campo, aunque su decisión no pone en duda su compromiso con la entidad, demostrado muchas veces, y sí su capacidad para aguantar el dolor en un momento determinado de la temporada. Texto: MARCA.com

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