Manifestantes y policía se enfrentan en Egipto
La policía egipcia lanzó gas lacrimógeno el jueves a miles de manifestantes a las afueras del ministerio del Interior que protestaban por las fallas de seguridad en el disturbio que dejó a más de 70 muertos tras un partido de fútbol. Legisladores y ciudadanos egipcios culparon al gobierno militar por los sangrientos disturbios que siguieron al partido del miércoles entre Al-Masry y Al-Ahly en Port Said, furiosos por la inacción de la policía cuando un pasillo estrecho de salida de un estadio se convirtió en una trampa mortal. Las protestas comenzaron como una marcha pacífica desde la sede de Al-Ahly, uno de los clubes de fútbol más populares de Egipto, hasta una zona a las afueras del ministerio cerca de la plaza Tahrir, el epicentro de la insurrección que derrocó a Hosni Mubarak hace un año. Las fuerzas de seguridad que vigilaban la zona estaban separadas de los más de 10.000 manifestantes por bloques de concreto y alambre de púas, pero la tensión aumentó a medida que la multitud cada vez más enardecida avanzaba y removía las barreras. Los manifestantes también lanzaron piedras y la policía respondió con gas lacrimógeno, lo que provocó una estampida. Algunos manifestantes intentaron mover grandes bloques de concreto que fueron colocados en noviembre alrededor del ministerio, cuando los enfrentamientos entre la policía y manifestantes dejaron más de 40 personas muertas. En escenas que hicieron recordar esos enfrentamientos, los manifestantes incendiaron llantas, y motociclistas sacaron del lugar a algunos de los heridos, mientras las ambulancias no podían llegar hasta el sitio. La televisión estatal egipcia dijo que más de 100 personas se desmayaron por el gas lacrimógeno. El ministerio del Interior señaló en un comunicado que los manifestantes cortaron alambres de púas y pasaron por encima de los bloques de concreto para llegar a las rutas de acceso al edificio. También les pidió que "actúen con prudencia... en estos momentos de crisis" para evitar un caos mayor. En tanto, una barra brava de Al-Ahly conocida como los Ultras juró venganza, al acusar a la policía de permitir que sus rivales los atacaran por haber participado en la vanguardia de las protestas del último año, primero contra Mubarak y ahora contra los militares. La violencia del miércoles tres el partido en el puerto mediterráneo de Port Said dejó al menos 74 muertos, el peor incidente en el fútbol mundial en los últimos 15 años. Los manifestantes también llevaban banderas del club Zamalek, que tiene su propia barra Ultra, y egipcias. Algunos portaban carteles con la palabra "luto". Sobrevivientes y testigos describieron una escena caótica en las que personas caían de las tribunas cuando fanáticos del club local Al-Masry persiguieron a los hinchas de Al-Ahly con cuchillos, garrotes y piedras. Cientos corrieron hacia un pasillo de salida, donde quedaron atrapados entre un portón cerrado y la barra rival que los atacaba. "Se apagaron las luces. Las puertas del pasillo estaban cerradas y encadenadas", dijo Sayyed Hassan, de 22 años, quien sufrió una fractura de pierna. Estaba sentado en el pavimento con otros frente a la morgue cairota, donde llevaron a muchas de las víctimas. "No podíamos salir. Es todo lo que recuerdo", dijo y añadió que un amigo suyo murió en la estampida. La violencia en el estadio de Port Said estalló cuando fanáticos de Al-Masry salieron al campo tras una inesperada victoria por 3-1 sobre Al-Ahly. Algunos fanáticos de Al-Ahly dijeron que antes del partido habían desplegado carteles en los que se burlaban de los de Al-Masry, lo que podría haber provocado el ataque a pesar de la victoria. Las barras de Al-Ahly y Zamalek siempre han sido enemigas enconadas de la policía, que tenía amplios poderes bajo las leyes de emergencia de la era Mubarak. Las canciones contra la policía, llenas de insultos, suelen tener amplia difusión en internet, una expresión del odio que sienten muchos egipcios hacia las fuerzas de seguridad.